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jueves, 21 de mayo de 2015

Diario Jaén:Juan Eslava Galán: "Fue sensible hacia la mujer"


Misterioso asesinato en casa de Cervantes es la nueva novela de Juan Eslava Galán, que le valió el Premio Primavera 2015 y que hoy trae al escritor arjonero hasta Jaén, para firmar ejemplares de la obra las puertas de la casa de Miguel de Cervantes aparece el cadáver del hidalgo Gaspar de Ezpeleta, al que han apuñalado. Una vecina beata acusa al escritor y a sus alegres hermanas, las Cervantas, de estar implicados en el asunto y acaban encarcelados. La duquesa de Arjona, gran admiradora de Cervantes, requiere los servicios de la joven Dorotea de Osuna para que acuda a Valladolid e investigue el caso, conocedora de sus habilidades en este campo. 

Este es el punto de partida de Misterioso asesinato en casa de Cervantes, la novela de Eslava Galán que, como una “feliz casualidad” ve la luz en el año que los huesos del escritor han sido hallados y se celebra el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote. Una novela que camina entre la policíaca y la histórica. Y tal como dijo el jurado del Premio Primavera: “Es una intriga muy bien construida, escrita con una riqueza del lenguaje extraordinaria y por un autor que conoce a la perfección el mundo de Cervantes”.

—Esta novela se construye a partir de un hecho real en la vida de Cervantes. ¿Cómo se dio cuenta de que tenía una novela entre las manos?
—Sabía, como todos los aficionados a Cervantes, que, entre los muchos problemas que tuvo, estaba este del asesinato en las puertas de su casa. Nunca se me había ocurrido que ahí podría estar el origen de una novela, pero este año llegó a mis manos la publicación de las investigaciones judiciales que se hicieron a raíz de aquel suceso, documentos que están en la Real Academia de la Lengua. Después de leer las declaraciones de los testigos, se me ocurrió que podría ser muy buen comienzo para una novela policíaca.

—Una novela negra muy a la española. 
—Soy lector de novela negra de siempre y no me acaba de gustar esa moda anglosajona de salpicar con pistas falsas todo el texto para que al final el asesino acabe siendo el muerto o algo así. Yo me atengo a lo que ha sido la novela negra española tradicional, un investigador —en este caso investigadora— que pregunta, deduce y ata cabos hasta que encuentra la verdad.

—Esa es otra clave. La protagonista es una mujer, en pleno Siglo de Oro, cuando la inmensa mayoría de las mujeres eran analfabetas y estaban relegadas de puestos de responsabilidad. 
—Efectivamente. Entonces era esa la norma. Una mujer que fuera bachillera, que supiera escribir y leer, se veía como sospechoso. Pero en el entorno de la familia de Cervantes, siempre fue costumbre que las mujeres supieran leer y escribir. Cervantes, por su experiencia vital, tiene una manera de aproximarse a la mujer más respetuosa, que se puede ver en sus obras. Él está en desacuerdo con que se casen niñas de doce años con viejos, como era costumbre. En ese sentido, tenía una mentalidad bastante moderna y yo he querido subrayarlo en la novela.


—Es una novela muy coral, con muchos personajes, bastante femeninos. Y uno llama especialmente la atención, la duquesa de Arjona. ¿Es este el guiño que siempre hace a su tierra? 

—Sí. En realidad, la protagonista, doña Dorotea, es un personaje cervantino, que ya aparece en la primera parte de El Quijote, y en la segunda, se habla de los duques, pero nunca se dice de qué son. Y yo quise que la duquesa fuera la de Arjona.

—Como buen historiador, refleja a la perfección la España del Siglo de Oro, hace un retrato social de la época. 
—Es una España llena de contrastes. Por una parte, es una superpotencia de la época, el imperio donde no se pone el sol, pero, al tiempo, es un país arruinado, con cuatro bancarrotas solo con Felipe II. Todo el oro y la plata que viene de América se malgasta en los ejércitos en Flandes y las retribuciones a los prestamistas de Italia y Alemania. Era un país lleno de pobres, con la picaresca y unos nobles vagos, que no trabajan porque deshonra.

—Estampas que no distan mucho de algunas actuales. 
—Hay ciertos guiños a la actualidad. Por ejemplo, esto ocurre en Valladolid, cuando la Corte se ha trasladado hasta allí por un capricho del duque de Lerma. Ese es el primer pelotazo urbanístico de la historia. El compró a bajo precio los terrenos, que después vendió a los nobles, que no tenían más remedio que construir junto a la corte sus palacios. Tiene paralelismos con la España actual.

—Con esta novela ganó el Premio Primavera 2015. ¿Qué supone un galardón como este a estas alturas? 
—Obviamente, la dotación económica es muy respetable pero, sobre todo, lo más importante de ganar un premio es que hace la novela más visible y la obligación de un escritor es llegar al máximo número de lectores posible.

—Tiene acostumbrados a sus lectores a dos entregas como mínimo al año. ¿Qué prepara ahora? 
—Ahora mismo no estoy escribiendo porque con la promoción tengo bastante, pero sí tengo un ensayo en ciernes para el que estoy recopilando información y es posible que se llame “De los presos políticos a los políticos presos”: