Los cientos de personas que cogieron sitio, los pasados días 8, 9 y 10, para ver el audiovisual que, proyectado sobre la fachada del Museo Íbero, anunciaba su inminente inauguración, eran una pista de que había ganas de cruzar el umbral de este centro. La expectación que rodeó el acto de inauguración oficial, al que asistió Su Majestad el Rey, el 11 de diciembre, lo confirmó y que, en solo 48 horas, desde la apertura al público el día 12, el número de visitas fuera de 1.595 lo rubricó. Y, para pensar que este tónica se mantendrá, ayer, la Consejería de Cultura informó de que, cuando hoy se cumpla una semana de funcionamiento, por el espacio museístico ya habrán pasado 4.304 hombres, mujeres y niños. Sale a casi 784 por jornada, porque hay que tener en cuenta que el museo cerrará cada domingo por la tarde y cada lunes.
Y eso a pesar de que el Íbero todavía no está completo, apenas se encuentra al 10% de su capacidad, puesto que se exhiben únicamente las piezas de la muestra temporal “La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa”. Una exposición que, eso sí, muestra una espectacular selección que incluye el Guerrero de doble armadura de Porcuna o el Lobo de Huelma, por citar a algunos de los 350 objetivos arqueológicos. A los visitantes les sorprenden lo amplio y luminoso de un centro cultural que está concebido expresamente para convertirse en museo, adaptado a este uso y pensado para recibir piezas, tratarlas, restaurarlas, almacenarlas y mostrarlas al público.
La inversión de la Junta, superior a los 26 millones de euros, se completará con la suma destinada a la musealización, en la que ya se trabaja, con el objetivo de que la “casa de los íberos” esté completamente amueblada en un plazo comprendido entre los doce y los dieciocho meses. Mientras tanto, se potenciarán las visitas con actividades educativas y para toda la familia.
