Todo empezó así: Un día Juan Ramón Guillén (presidente de Acesur) iba en su coche y escuchaba la radio mientras atravesaba Córdoba camino de Jaén. El programa de radio hablaba de la declaración del Palmeral de Elche como Patrimonio de la Humanidad. Mientras lo oía miró por la ventanilla y contempló el mismo paisaje que llevaba viendo desde hacía kilómetros. Olivar tras olivar y «ni una sola casa», «el mayor bosque plantado por el hombre». Fue entonces cuando pensó que ese paisaje también debería ser Patrimonio de la Humanidad.
Ese fue el comienzo de una larga historia de la que, de momento, de desconoce el final, aunque la trama ya está muy avanzada. Ayer se celebró una reunión que «me atrevería a calificar de histórica», dijo el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes. Fue a él a quien le propuso la idea Guillén y quien ha liderado un proceso que ha durado años y que ayer llegaba a su punto final, a nivel provincial, porque ahora el trabajo está en instancias superiores.
La comisión institucional de la candidatura aprobó ayer de manera definitiva el expediente que, en unos días se presentará ante la Consejería de Cultura, que será la que dé traslado del mismo al Ministerio en las próximas semanas. En el Ministerio se revisará el documento y «nos pedirán que aclaremos, modifiquemos y subsanemos todos los aspectos que sean necesarios para que, de cara a final de año, esté completo y se pueda remitir a la Unesco», explicó el presidente de la Diputación jienense.
Eso no significa que la candidatura del paisaje de olivar de Andalucía se vaya a llevar ante la Unesco en 2019. Esa decisión queda en manos del Ministerio que decidirá si la presenta el próximo año o posteriormente.
«Quiero felicitar a los técnicos que durante dos años aproximadamente han realizado un trabajo que ha permitido elaborar un informe muy concreto en torno al paisaje del olivar. Más de 1.200 folios que quedarán para siempre. Un documento que conjuga el valor paisajístico, etnológico y patrimonial de los nueve paisajes de olivar. Esperemos que llegue a buen puerto con el visto bueno de la Unesco», concluyó Reyes.
En su intervención, realizada tras la reunión de la comisión y antes de que se celebrara un acto de adhesión a la candidatura de un centenar de entidades, le acompañaban los presidentes de las diputaciones de Sevilla y Granada, Fernando Rodríguez Villalobos y José Entrena Ávila, respectivamente. Era la escenificación para trasladar que esta es una iniciativa andaluza.
«La composición de la comisión es muy variopinta, ahí están los empresarios agrícolas, la Universidad entes locales, provinciales, la Junta de Andalucía... Y todo ha sido aprobado por unanimidad, eso dice mucho. Si la rigurosidad del Ministerio es la misma con la que se ha llevado el trabajo por parte de esta comisión, no habrá ningún problema en el impulso de cara a la Unesco», dijo el presidente de la Diputación de Sevilla, quien quiso aclarar que «la antorcha la cogió Jaén, pero este es un proyecto de Andalucía».
Entrena, por su parte, recordó que en toda Andalucía no existe otro paisaje «construido por el hombre a lo largo de los siglos, y que se ha convertido en una seña de identidad de Andalucía».
Hay que recordar que entre los 2.000 registros que se han realizado, el expediente destaca diez paisajes de olivar de toda Andalucía por su singularidad. Son esos paisajes en los que se fijará la Unescol. Dentro de ese listado, según dijo el presidente de Granada, esta provincia «aporta un olivar centenario, del Valle de Lecrín, de la época islámica nazarí, con un sistema de regadío histórico, tradicional, con almazaras medievales».
«El sector primario es fundamental para centenares de miles de familias de Andalucía. La idea es poner en valor este recurso del sector primario para elevar otros sectores que generen oportunidades y empleo», dijo Entrena.
