Como resultado de las excavaciones que se realizan en el yacimiento arqueológico de Cástulo se han hallado una serie de moluscos que permiten profundizar y conocer la vida la antigua ciudad iberorromana durante el denominado Bajo Imperio. Piezas que se suman a la exposición del Museo Arqueológico de Cástulo.
“Presentamos una vitrina donde se encuentran piezas que nos permiten ampliar la información sobre Cástulo. Se trata de una serie de moluscos que, gracias a la investigación de la Sociedad Jiennense de Historia Natural, nos permiten conocer mucho mas sobre la vida cotidiana, en este caso sobre la fauna, lo que comían o cómo llegaron ahí”, aseveró la delegada de Cultura, Mercedes Valenzuela, en el Museo Arqueológico de Cástulo, donde se muestran los nuevos hallazgos.
Las piezas encontradas durante las excavaciones que se realizan en la antigua ciudad iberorromana a través del proyecto “Forum MMI” para sacar a la luz el centro histórico del yacimiento dan muestra del trabajo multidisciplinar realizado y posibilitan adentrarse en la historia del asentamiento. “De ahí la importancia de la arqueología y de estudiar todo aquello que nos ofrece una rica ciudad como fue Cástulo”, agregó.
“Este tipo de estudios ayuda en prospecciones arqueológicas. Se estudia también la fauna, los huesos y todo lo que aparece en la excavación, y de un tiempo a esta parte se trabaja, con la misma técnica de flotación de las semillas con la que se extraen moluscos, para conocer las plantaciones, o los carbones que dan cuenta de los árboles, para conocer el ambiente en el que se vivía en esa época”, aseveró, por su parte, Antonio Tudela, presidente de la Sociedad Jiennense de Historia Natural.
En concreto, los moluscos encontrados se dividieron en tres grupos principales: marinos, terrestres y de agua dulce. A su vez, se realizó una nueva segregación entre los que se podían comer, como las ostras, lapas, cañaíllas o berberechos grandes, y los que no. “Llama la atención encontrar estos restos marinos en una zona tan de interior en el Bajo Imperio”, subrayó Tudela.
En este sentido, apuntó a que entre los romanos en esa época —y en el caso de Cástulo los habitantes romanizados— de clase dominante y con más poder adquisitivo, les gustaba el consumo de ostras que traían desde la costa: “Lo que nos cabe duda es de cómo lo hacían. Suponemos que sería por el río, por donde salían y entraban todas las mercancías, porque en el caso de venir desde las costas de Cádiz, por ejemplo, llegarían después de estar entre cinco y seis días en tanques con agua marina para mantenerlas vivas. Hay métodos de conservación de la ostra, la lapa, la cañaílla o el berberecho muy antiguos”.
Entre los terrestres encontrados, más comunes, hay muestras de cabrillas, el caracol de sierra y la cachucha, y también se encontraron dos especies de agua dulce, indicadoras de la presencia de agua bastante limpia, lo que viene a demostrar que en la época del Bajo Imperio, que es de cuando proceden, el río bajaba en unas condiciones muy aceptables.
Además, hallaron otras especies terrestres que indican que, aunque “biogeográficamente” la ciudad de Cástulo se encontraba en la región mediterránea como hasta ahora, había una cierta diferencia en la humedad, “lo que demuestra que entre los siglos IV y V o llovía más o el ambiente era mucho más húmedo”. Así, poco a poco, los restos que ven la luz en el yacimiento complementan los datos conocidos hasta el momento.