El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General
del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Conjunto
Histórico, el casco antiguo de Guarromán. Esta población destaca por sus
valores paisajísticos y por haber conservado las características
urbanísticas y arquitectónicas de las Nuevas Poblaciones fundadas por
Carlos III en Sierra Morena.
El conjunto delimitado, que se corresponde básicamente con el núcleo
urbano creado en el siglo XVIII, abarca una superficie aproximada de 4,7
hectáreas e incluye un pequeño sector diferenciado donde se ubica el
Pósito de Labradores, edificación singular de la misma época.
Los orígenes de Guarromán se remontan al siglo I, cuando se establece
un asentamiento campesino en el paraje de La Venta. Este enclave
romano, dedicado al abastecimiento de las explotaciones mineras de
Sierra Morena, fue abandonado durante la época visigoda y posteriormente
retomado con la ocupación musulmana bajo el mismo nombre árabe del
cercano Río de los Granados (‘Wadi-r-rumman’). No obstante, el tejido
urbano actual debe su configuración a la empresa colonizadora de las
Nuevas Poblaciones, impulsada por el ilustrado Pablo de Olavide con el
fin de cubrir los vacíos demográficos de Sierra Morena y eliminar así el
bandidaje y la inseguridad, además de garantizar las comunicaciones
entre Castilla y Andalucía.
Poblada por colonos de origen alemán, Guarromán sigue las típicas
reglas urbanísticas de la Ilustración, con una ordenación en cuadrícula,
absolutamente regular, jerarquizada y supeditada a criterios como el de
lograr un paisaje sano, ventilado, protegido del viento y con buenas
vistas.
En el centro de la localidad se sitúa la plaza de la Constitución o
Plaza Mayor, de donde parten calles rectas y anchas. Este espacio,
concebido para albergar celebraciones, está rodeado de edificios
públicos como el Ayuntamiento y la Iglesia de la Inmaculada Concepción,
templo neoclásico del siglo XVIII construido en piedra y arenisca roja.
Otros inmuebles destacados del conjunto histórico son el Palacio del
Intendente (principios del siglo XIX) y el Pósito de Labradores,
inmueble típico de las Nuevas Poblaciones que servía para almacenar el
grano y asegurar el abastecimiento alimentario en épocas de hambruna.
A sus valores urbanísticos y arquitectónicos el conjunto histórico de
Guarromán añade la buena calidad medioambiental y paisajística que le
otorga su ubicación estratégica en plena dehesa jiennense.