La novela discurre en la Grecia clásica del siglo III
A.C. Siguiendo el modelo de Homero con
la Odisea, el autor presenta una novela de aventuras, escrita en primera
persona, en la que Irene, hija de Kleón, busca su destino, al morir su madre y
sus hermanos y al caer su padre en desgracia. La protagonista realiza un largo
viaje, (en lo que es también un exilio interior), que la llevará por el mar
Egeo, viviendo primero con sus tíos Herófilo y Helena y luego con personajes,
sin duda interesantes, como Exome, Festos, Dafne, Linos o Leandro. Aventuras y
desventuras, encuentros y desencuentros,
que la llevarán desde Atenas a la isla de Creta, Alejandría o Rodas.
A través de los viajes de la protagonista y de los
personajes que aparecen en su vida, el autor nos coloca ante dilemas
artísticos, médicos y filosóficos de forma instructiva y muy amena, con una
buena ambientación de la Grecia clásica, Creta, Rodas y Alejandría y un final medianamente
feliz, ajustado y bien conseguido. El autor recrea con soltura el mundo clásico
y la lucha continua de la protagonista por ser valorada primero como mujer,
después como médico e investigadora y finalmente como libre pensadora en una
sociedad bastante reacia a resonancias femeninas. La traslación a nuestros días
de ese mensaje y el hecho de ser una novela de aventuras, escrita con amenidad,
la convierte en una novela en la que el lector (o la lectora) puede verse
reflejado. Es valiente al plantear dilemas morales sobre los límites de la
investigación y el avance de la medicina o cuestiones como el matrimonio, el
embarazo o el aborto. Apuesta
decididamente por la instrucción y por la investigación como motores de avance
de la sociedad y el decisivo papel que juega la mujer en ese proceso. El mito
clásico del “paraíso terrenal” y la importancia de los elementos de la
naturaleza o del paso del tiempo, están muy bien conseguidos. El epílogo
escrito después de muchos años, en
tercera persona, en Alejandría, con los recuerdos, las impresiones y los sueños
de Helia, la hija de Irene, de ser médico, es muy hermoso. Aún siendo una
novela larga, con abundancia de personajes y de lugares, el autor sabe mantener
la tensión y la incertidumbre por el devenir de la protagonista, describe con
sabiduría sus angustias, sus miedos y sus deseos, y logra un relato ameno que
gustará a todos los que lo lean.