Los trabajos de adecuación de los accesos al recinto del enclave arqueológico de Cástulo (Linares) junto al soterramiento de la conducción eléctrica realizados por la Diputación de Jaén y la Junta de Andalucía dentro del programa Viaje al tiempo de los Iberos, han puesto al descubierto dos tumbas pertenecientes a las épocas ibera y romana “en muy buen estado de conservación”, según ha detallado la delegada de Cultura, Mercedes Valenzuela.
Ambos hallazgos, en cuyas excavaciones realizadas el pasado fin de semana colaboraron una veintena de voluntarios del museo linarense y de la asociación ’28 de Febrero’, se encuentran localizados junto a la puerta Norte de la ciudad íbera perteneciente a este asentamiento con 5.000 años de antigüedad y dotado de una superficie de 73 hectáreas de las que solo se han excavado una pequeña porción teniendo en cuenta su gran extensión.
En concreto, los enterramientos situados en paralelo se han datado en los siglos IV a.C. (íbero) y III d.C. (romano) por lo que entre uno y otro existe una diferencia temporal de siete siglos. Junto a ellos también han aparecido restos óseos tanto humanos como de animales y materiales para la construcción romanos.
En el caso de la tumba ibera también se ha descubierto una urna, además de una pequeña crátera ática (vasija) que podría pertenecer a una mujer junto a fusayolas (contrapesos para telares) y una lamparilla para quemar incienso. En el caso de la tumba romana, los arqueólogos trabajan con la posibilidad de que también pudiera pertenecer a una mujer tras la aparición de una estela funeraria formando parte del muro constructivo en el que aparecería su hombre, y la edad de 40 años con la alocución latina utilizada en el mundo romano precristiano Sit tibi terra levis (que la tierra te sea leve).
Tras la presentación del descubrimiento, un equipo de arqueólogos procederá a realizar un análisis exhaustivo de los restos para aportar más información sobre este conjunto que posteriormente pasará a formar parte de uno de los mayores yacimientos de la península ibérica y que ofrece datos de interés para conocer la situación de la necrópolis extramuros de la ciudad amurallada.
Durante el periodo íbero, el poblado de Cástulo estuvo considerado como uno de los oppidum (fortaleza) más importante de lo que hoy es el territorio andaluz. Su enclave geográfico, los yacimientos de minerales y su enorme potencial minero lo convirtieron en un emplazamiento de especial trascendencia para las transacciones comerciales, agrícolas y ganaderas de la antigüedad llegando incluso a acuñar su propia moneda íbera. Fue capital de la Oretania y en un primer momento se alió con Cartago después de la alianza sellada por el matrimonio entre el general cartaginés Aníbal y la princesa castulonense, Himilce.