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martes, 10 de abril de 2012
Congreso Miradas Cruzadas:La gran guerra de la Edad Media en Jaén fue insólita por su magnitud
Fue excepcional, sí. Pero no por ser la última pugna entre los mundos cristiano y musulmán o por inaugurar el declive del imperio almohade. La Batalla de las Navas fue 'insólita' por su magnitud y por el contexto en el que se desarrolló. Desde ayer, reputados expertos revisan la historia para desterrar mitos y construir un futuro sin los errores del pasado.
“Con frecuencia se afirma que, de forma directa, la Batalla de las Navas de Tolosa causó la ruina del imperio almohade, que marcó el principio del fin de Al-Ándalus o la decadencia del Magreb o, por otro lado, que con ella se salvó a los reinos cristianos e, incluso, a toda Europa de una invasión islámica. Se ha comparado su significado en la historia europea con el de batallas como las de Waterloo o Stalingrado. Pero son exageraciones”. Con estas palabras y con rotundidad, el profesor de la Universidad de Extremadura Francisco García Fitz abrió la veda a la revisión de la historia y a la deconstrucción de los mitos que rodean una de las gestas más importantes de la Edad Media. Lo hizo en la primera ponencia del Congreso Internacional “Miradas Cruzadas. 1212-2012 Las Navas de Tolosa”, que comenzó ayer en la Universidad de Jaén y que se prolongará hasta el jueves.
Durante cuatro días, reputados historiadores de España, Portugal, Francia, Marruecos, Túnez y EE UU analizarán no solo lo ocurrido aquel 16 de julio de 1212, sino el mundo mediterráneo de la época, el declive del imperio almohade y la semilla de ese otro cristiano que plantaron los Reyes Católicos. Pero irán más allá, porque darán una perspectiva de este conflicto bélico “en clave de cooperación” —subrayó el rector de la UJA, Manuel Parras—.
Con la reflexión histórica como herramienta, y ante un auditorio que excede el centenar de personas y el aforo previsto, más de sesenta expertos “de este lado y del otro, que no ya de un bando y de otro” —como recalcó Parras— quieren “pensar otro futuro” libre de los errores del pasado. “Buscar puntos de encuentro con nuestros vecinos a partir de una batalla”, remató el rector. Un conflicto complejo y poliédrico —como lo definió el presidente del comité científico que ha organizado el congreso, Patrice Cressier— que, si bien no fue el punto de cambio que se imaginaba, sí fue “excepcional” e “insólito”. En primer lugar, por su magnitud. Porque “concitó a gente de muchos países” —como remarcó el catedrático de Historia Medieval de la UJA, Vicente Salvatierra— y porque, posiblemente, los ejércitos “cuadruplicaron” a la mayor de las tropas que, durante la Edad Media hispánica, había logrado reunirse. En segundo lugar, porque fue buscado. Mientras que la mayoría de los conflictos bélicos de la época no pasaban de la categoría de guerrillas —“se hacían a base de cercos o de cabalgadas” y “casi nunca eran buscadas”—, la de las Navas de Tolosa fue concebida como batalla. Y, en tercer lugar —culminó García Fitz—, porque se produjo en un contexto de unidad peninsular de los reinos cristianos y en una situación angustiosa para todo Occidente, amedrentado como estaba por la caída de las fronteras orientales y occidentales de la cristiandad frente al Islam y por el temor a la herejía albigense.
“Más que un conflicto entre dos mundos, fue una guerra civil”
Descendiente de moriscos, el profesor Jaffar Bel Haj Soulami, de la Universidad de Tetuán, no vacila cuando, preguntado por el significado de la Batalla de las Navas de Tolosa, responde: “Fue una pérdida de los dos mundos porque la guerra no sirve para nada”. Reitera que no se puede hablar de este conflicto como de la batalla final entre cristianos y musulmanes porque el Islam estuvo vigente en Andalucía y, por tanto, en la Península hasta finales del siglo XV y, después de analizar el choque campal de las Navas, advierte: “Más que un conflicto entre dos mundos, fue una guerra civil. No era una guerra entre Bagdad y Madrid, sino entre españoles de uno y otro bando”. Como sus compañeros, el experto marroquí hace hincapié en que el conflicto debe analizarse desde muchas perspectivas, más allá de la meramente religiosa, que es como tradicionalmente se ha hecho. “Porque si no, nos arriesgamos a tener una visión superficial y absurda”.
En la línea de Patrice Cressier, Jaffar Bel Haj Soulami también habla de una degradación del mundo almohade previa a la gesta de 1212 y, a partir del siglo XIV y XV, en todo el Occidente musulmán. “Fue un desastre, pero, en contrapartida, significó su renacimiento en el Oriente musulmán, con el sultanato otomano. Fue un equilibrio de alguna forma. Jaffar Bel Haj Soulami abrirá las ponencias de hoy con una conferencia sobre la imagen de los almohades en Oriente, Al-Ándalus y Magreb.