De Aldeahermosa, uno de los tres núcleos que integran el municipio de Montizón, por el Camino del Puerco se llega a la Mina del Avellanar o Pozo de la Caprichosa, vieja mina de galena argentífera que fue cerrada en 1978. La Asociación para el Desarrollo Rural del Condado. Asodeco, estudia ahora los restos y las estructuras que aún permanecen para evaluar su adaptación como herramienta pedagógica del patrimonio minero de la zona e incorporarlo a la estrategia de desarrollo del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), dentro del Programa de Desarrollo Rural (PDR) que va a gestionar Asodeco hasta 2023
A la vetusta mina se desplazaron el pasado jueves Valentín Merenciano, alcalde de Montizón, y Sebastián Lozano, gerente de Asodeco, que estuvieron asesorados por un equipo técnico integrado por profesores de la Universidad de Linares, ingenieros de mina y topógrafos. El objetivo, diagnosticar la situación actual de la mina, explorar socavones transitables y estudiar la viabilidad de un proyecto de rehabilitación.
La finalidad no es otra que contextualizar la mina en una iniciativa de turismo rural en la que formaría el vértice de un triángulo que contaría para los otros dos con el Pantano del Dañador, zona de gran interés natural y gran riqueza cinegética con instalaciones de recreo junto al embalse, y con el Barranco del Lobo, junto a Venta de los Santos, en el que se produjo una batalla entre las tropas españolas al mando del general Gaspar Vigodet y las francesas en la Guerra de la Independencia.
Producción de plomo
La Mina del Avellanar se localiza en un valle en el que también se divisa los restos de una antigua fundación y viviendas de mineros. El Avellanar extraía galena argentífera para producir plomo. En sus escombreras se han encontrado vestigios de lucernas, lámparas romanas de terracota, testigos de lo antiguo de la explotación. Actualmente por su estado ruinoso se desaconseja acercarse al lugar o cuanto menos se exige hacerlo con la máxima prudencia.
