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martes, 6 de diciembre de 2011

Los Caballeros Veinticuatro volvieron a salir a la calle, pero a elogiar «lo bien hecho»

El grupo de ciudadanos preocupados por la conservación del patrimonio histórico de Úbeda, que se hacen llamar Caballeros Veinticuatro, volvieron a salir a la calle para mostrar públicamente sus consideraciones sobre diferentes edificios y entornos patrimoniales de la localidad.

Aunque en este caso, sus acciones no fueron reivindicativas, y el tono crítico habitual de años atrás dejó paso a la satisfacción por algunas intervenciones realizadas que consideraron correctas. Con ello demostraron que hay que estar para criticar cuando las cosas se hacen mal, pero también para alabar lo que se ejecuta bien.

De esta forma, los Caballeros Veinticuatro elogiaron varias actuaciones llevadas a cabo en edificios y que, a su parecer, se han ejecutado con buen criterio, respetando en todo momento la obra primitiva y, como consecuencia, «realizando una restauración en toda regla que quedará como testimonio durante muchos años». En estos lugares colgaron distintos cartelones, que aún permanecen, en los que se puede leer «Lo bien hecho».

Recorrido

Concretamente elogiaron las restauraciones de la fachada y de otros elementos del Palacio de los Orozco (en la plaza de San Pedro), la torre del Palacio del Conde de Guadiana (en el Real), la antigua casa de la Telefónica (en la Corredera), la fachada de la antigua Casa Consistorial (hoy Conservatorio de Música en la plaza Primero de Mayo) y del Torreón de los Caballeros (en la Cava). También destacaron la puesta en valor de parte del Coso de San Nicasio (en la calle Sagasta), la rehabilitación de la casa de los hermanos Barberán Molina (en la Rúa) y, por último, la retirada del andamio que afeaba la fachada de la casa palaciega situada frente al Parador (en la monumental plaza Vázquez de Molina).

Finalmente, aclararon que no colocaron cartel de elogio en la iglesia de Santa María porque «a pesar de los muchos años de obras, las muchas intervenciones y el montante económico que se ha destinado, nos negamos a aceptar que haya sido restaurada respetando todos los vestigios históricos que llevaba consigo». «Lo que vemos aquí ha sido una reinvención, no una restauración, y sólo nos consuela verla por fin abierta y que permanecerá en pie algunos siglos más la nueva Santa María», añadieron.
Reivindicaciones

Aprovechando su presencia junto a la Puerta de la Consolada de Santa María, ante la portada procedente de la casa de Lorenzo de Medina, reivindicaron dos cosas: que se repongan las tejas deterioradas de su caballete para que no causen ningún accidente y no dañe la lluvia más su portada, y que desaparezca el ciprés «que con tanto tino y exquisitez colocaría algún entendido arquitecto o técnico justo en mitad de la fachada, no vaya a repetirse con el paso de los años la misma historia que con el laurel del Hospital de Santiago o la hiedra de San Lorenzo».