La nueva campaña de excavaciones en el pantano del Giribaile busca los restos de una antigua vivienda, un santuario y un enterramiento. El objetivo es trabajar en una mínima parte de la superficie del emplazamiento, que se extiende a lo largo de unas 15 hectáreas, lo que lo convierte en uno de los más extensos de la provincia.
Luis María Gutiérrez, miembro del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, de la Universidad de Jaén, dirige el grupo de trabajo que excava en el yacimiento del Giribaile. El primer día de trabajo, en su opinión, es “emocionante”. Los investigadores intentarán encontrar restos de un gran hogar, de 20 por 20 metros, en el “oppidum”. Posteriormente, se centrarán en los restos de una sepultura íbera. La actividad regresa a la antigua ciudad, después de 45 años. Si el tiempo no lo impide, también tratarán de hallar más vestigios de una cisterna de agua, de dos tramos de muralla y parte del horno, que fue expoliado hace seis años. Los planes de los investigadores continúan, ya que se espera que, en 2016, se pueda realizar un pequeño corte para encontrar restos del muro que rodeó al yacimiento. El objetivo es localizar pruebas de lo que se considera un importante núcleo, poblado por unas 3.000 personas.
El alcalde de Vilches, Bartolomé Guijo, confía en que esta campaña pueda recuperar este emplazamiento e, incluso, darle un aprovechamiento turístico para, de esta forma, reforzar la oferta del municipio. Por otro lado, David Sáez, responsable del área de Cultura de la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de El Condado, lamentó que el paraje no se hubiera expropiado, ya que, al tratarse de una propiedad privada, es más complicado que los arqueólogos trabajen en la zona. Este recurso, en sus palabras, es un “peñón en bruto”, por sus posibilidades.
