Una de las señas de identidad de Begíjar, el torreón del castillo, está en vías de salvarse. El inmueble, hasta hace poco en estado ruinoso, es objeto de una primera fase de restauración, unos trabajos ya en su recta final, promovidos por la Asociación Proyecto Cultura Joven, la entidad propietaria del inmueble. De los 70.000 euros de coste de la intervención, el 92% se financia con fondos de la Unión Europea, a través de una línea de ayudas denominada “Fortificaciones Defensivas”.
Como explica Santiago Vargas, portavoz de “Proyecto Cultura Joven”, las tareas son ejecutadas por una firma de Baeza, Yera Molina, con experiencia en la restauración de bienes de interés cultural, figura que ampara al torreón, pieza de un conjunto fortificado antaño más amplio. Las labores arrancaron hace unos meses y deben estar concluidas antes de marzo, ya que ese es el plazo para una de los aspectos de la mejora ahora en marcha, relacionada con la protección del cernícalo primilla, una rapaz amenazada. Para ello se instalan nidos.
Después se culminarán las labores de limpieza y de pintura. Vargas explica que, probablemente en primavera, el castillo begijense podrá abrirse al público. Asegura, satisfecho, que la iniciativa en marcha culmina catorce años de lucha comenzados con la adquisición por él mismo del inmueble. La intención es que el torreón incremente la oferta turística de Begíjar, un municipio con monumentos destacados, ente los que se hallan la Fuente Nueva, también recuperada gracias al concurso de la asociación.
El proyecto de restauración contempla la reconstrucción del muro de la torre, hasta alcanzar los dieciséis metros de altura —dos más que los actuales— y la restitución de un tramo de escalera. La prioridad es proteger la bóveda de la segunda planta, muy deteriorada. La zona sirve de acceso a una terraza desde la que se disfrutan de panorámicas únicas de la comarca de La Loma y otras áreas de Jaén. Por otro lado, se sellan las grietas en los muros para prevenir desplomes de sillares. Por otro lado, se retira la vegetación de las fachadas. Vargas asegura que la intervención es un ejemplo de cómo la iniciativa privada da respuesta al abandono patrimonial.
experimento. El castillo data de época visigótica y sufrió varias reformas. Como curiosidad, la asociación entierra una “cápsula del tiempo”, una urna que se abrirá en 2065. Contiene fotografías, recuerdos y documentos del proceso de restauración. El objetivo es que dentro de medio siglo se conozca la labor realizada.
