Cálido homenaje. El autor jiennense Manuel Urbano recibió un emotivo reconocimiento en el IES Santísima Trinidad de Baeza. La cita coincidió con la celebración en la ciudad de la VIII Semana Machadiana y con una efeméride especial, el setenta y cinco aniversario de la muerte del autor de Campos de Castilla.
El recuerdo de dos grandes plumas protagonizó una mañana fría y soleada en Baeza. Antonio Machado, fallecido tal día como el de ayer hace siete décadas y media, y Manuel Urbano, prolífico autor del mar de olivos que perdió la vida en octubre del año pasado, fueron recordados en el paraninfo del IES Santísima Trinidad de Baeza. Al acto —en el que se presentaron las bases del XVIII Premio Internacional de Poesía Antonio Machado— acudieron el presidente de la Diputación, Francisco Reyes; el alcalde de Baeza, Leocadio Marín; el máximo dirigente de la Asociación de Escritores y Críticos Literarios de Andalucía (AAEC), Francisco Morales; el de la Academia de Buenas Letras de Granada, Antonio Chicharro; el poeta Antonio Carvajal, y la viuda de Manuel Urbano, Nieves Párraga. Leocadio Marín fue el primero en homenajear la figura del jiennense. “Lo conocí en el año 1969. Era un hombre peculiar. Me costó trabajo entender su fina ironía. Cuando lo conseguí, fue un amigo”, dijo el regidor de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. Antonio Chicharro, presidente de la Academia de Buenas Letras de Granada, alabó la “rama poética” de Urbano. Citó dos obras: Paseos en Jaén (2001) y Camino de la nieve (2007). Chicharro enfatizó el trabajo del homenajeado en sus estudios literarios e históricos, entre otros. “Observó el Carnaval del mundo con mirada penetrante, con su indisimulada sensibilidad e inteligente ironía”, agregó. Francisco Morales Lomas, presidente de la Asociación de Escritores y Críticos Literarios de Andalucía (AAEC), ensalzó el compromiso y la ética de Machado en un tiempo en el que “los intelectuales andan deprimidos”. “Urbano tiene ya un sitio en la historia de Andalucía”, aseguró.
El poeta Antonio Carvajal lamentó la ausencia de Urbano. “No me gustan los homenajes póstumos. Para consolarnos nos queda su obra”, precisó. Carvajal valoró el libro Horno negro (1998), nombre de una calle de Jaén. Nieves Párraga recibió un pergamino elaborado por Antonio Tornero. La viuda y segunda esposa de Manuel Urbano agradeció el cariño que recibió, “durante años”, su marido. “Manuel era generoso con sus amigos, ayudaba a quien se lo pedía”, afirmó. “Aunque todo pasa, todo queda”, parafraseó, al final, Francisco Reyes a Machado en “presencia y ausencia” del autor Manuel Urbano.