La digitalización del león íbero, encontrado en noviembre del año pasado en el yacimiento arqueológico de Cástulo, es ya una realidad. Un proceso que contó con la implicación de dos departamentos del Centro Tecnológico, Metalmecánico y del Transporte (Cetemet), el de metrología y el de I+D. Esta iniciativa afronta una tercera fase, que es la de la creación de réplicas, que, en este caso, correrá a cargo del Ayuntamiento.
El área de Metrología se encargó de la primera parte, que consistió en la toma de datos de la pieza, según explicó su responsable una vez terminada, Pedro Valcárcel. “Lo que hemos hecho es, básicamente, convertir la escultura del león en una nube de puntos con un archivo informático”, dijo. De esta forma, comenzó la digitalización en tres dimensiones de la obra, para lo que personal técnico del Cetemet se desplazó hasta el Museo Arqueológico de Linares, donde se encuentra la escultura con un escáner 3D y un brazo articulado. Con el láser se “barrió” la superficie del león, de manera que se capturaron esos puntos —entre cuatro y cinco millones— para definir la superficie, con lo que se obtuvo el modelo tridimensional.
En la segunda fase, una vez que tenían capturados todos los datos y los procesaron en las instalaciones del Centro Tecnológico, se trabajó con el proceso de “ingeniería inversa”. La denominación de esta técnica responde a que es un procedimiento opuesto a los habituales, de manera que, en lugar de partir de datos técnicos para crear un producto físicamente, se obtiene la información y el diseño a partir de uno que ya está creado.
En este sentido, el responsable del departamento de I+D del Cetemet, Juan Torres, apuntó a que de lo que se ha tratado es de modelar una superficie tras cubrir todos los puntos. Así se obtiene la superficie del animal. “Una vez que se tiene, esos ficheros se pueden traducir en modelos físicos a diferentes escalas, que puede ser tanto a la real como a cualquiera que se desee, para que se reproduzcan en medios tecnológicos, como podrían ser impresoras en tres dimensiones o control numérico, entre otros”, aclaró. Un trabajo importante para el Centro Tecnológico, Metalmecánico y del Transporte, que tan solo queda a expensas de la tercera fase, que consiste en réplicas que transformen la reproducción de digital a físicas.
Para el personal implicado en el proceso de digitalización, el proyecto les permitió entrar en un sector que no tiene nada que ver con el suyo. “Puede ser transversal, puesto que, para la arqueología o elementos artísticos, a veces se utilizan herramientas que son comunes”, indicó Torres. En este caso, para el proceso de digitalización se empleó la tecnología que, por lo general, se aplica a piezas mecánicas. “La verdad que para nosotros ha sido un proceso bastante interesante”, concluyó Juan Torres.