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miércoles, 24 de septiembre de 2014
Noticia IDEAL:La Puerta del Sol de Puente Tablas revive el ritual íbero del equinoccio
El Santuario de la Puerta del Sol del yacimiento arqueológico de Puente Tablas en Jaén (siglos V - IV antes de Cristo) revive estos días el ritual íbero del equinoccio de otoño, un encuentro "muy particular" entre dos dioses, femenino y masculino, de la cultura ibera.
Las primeras luces del amanecer, atravesando el centro de la Puerta del Sol, son para la diosa, una estela antropomorfa de la misma hallada en la excavación en 2012 en la que se puede ver unos brazos esculpidos sobre el vientre con marcas de una tiara y un manto, y que habría sostenido entre las manos un disco solar con el que recibiría la luz.
De forma paralela, cuando ésta se ensombrece, la luz llega al interior de una cueva del santuario, situado a unos 40 metros, en un juego de luces para nada casual sino fruto de una obra de ingeniería ibera.
Se trata, según ha explicado el director del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz, de un juego de sombras y luces, que durante 45 minutos, narran un mito relacionado con la fecundidad de la naturaleza, la vida y la muerte, la riqueza y quizás el amor.
Por un lado está la deidad femenina representada en la piedra, y por otro la divinidad masculina, el sol, y como ocurre en ritos fenicios, podría representar un encuentro místico en el que la diosa recibe la fuerza para bajar a los infiernos y resucitar al sol.
Un rito por el que se pasa de la muerte a la vida, con una función "claramente de culto", dedicada a la fecundidad de la naturaleza, al crecimiento de los frutos, desde que comienza en primavera hasta que finaliza con la llegada del otoño, momento en el que la diosa era guardada en una pequeña capilla, que los trabajos arqueológicos dejaron al descubierto junto a la puerta.
Durante esta semana, entre el día 20 y el 25, el Instituto de Arqueología Ibérica ha preparado un dispositivo para recrear e investigar el ritual.
Con una planta de 360 metros cuadrados, la Puerta del Sol de Puente Tablas es el santuario urbano conocido más grande de la cultura íbera.
Está dividido en tres terrazas, la primera dedicada al culto de la divinidad femenina, la segunda sería para la realización de ritos donde se incluyen cuatro cuevas, y una tercera, la más alta, con un aljibe donde habría servicios necesarios en un santuario como los relacionados con la elaboración de comida.
Declarado bien de interés cultural, es el referente más significativo del patrimonio arqueológico ibérico de Andalucía y uno de los más característicos de toda el área ibérica.
El santuario pertenece al "oppidum" (lugar elevado) de Puente Tablas, un asentamiento de tipo medio, del siglo IV antes de Cristo, situado a unos tres kilómetros al noroeste de Jaén, en el que pudieron vivir unos 743 habitantes y en el que se conservan restos desde la Edad del Bronce hasta la época islámica.