ha realizado en Cástulo a través del Proyecto Forum MMX y, una vez que en la primera semana de septiembre concluyeron los trabajos, ahora se discuten los detalles para instalar una cubierta similar a la que se encuentra en el cercano Mosaico de los Amores. “Vamos más tarde que el año pasado, pero una vez que veamos que es posible y esté cerrado el proyecto, se le podrá poner un presupuesto y ver quién lo financia”, explicó el director del conjunto arqueológico, Marcelo Castro.
Eso sí, lo que tienen claro es que en este edificio se mantendrán algunas de las ideas que en el proyecto puesto en marcha el año pasado y materializado este verano les han funcionado bien: “La cubierta nos tiene que servir para preservar los restos de la intemperie, eso es obvio. Pero también para situar al público, de manera que la propia cubierta genere algunas ideas entre las personas que lo visiten de cómo era esa infraestructura. Que no veamos sólo fragmentos o que veamos el fragmento formando parte de alguna cosa sin ningún mimetismo. Queremos lo mismo que pasó con la cubierta de la sala del Mosaico, que es la que imaginábamos en el edificio primitivo”. De esta forma, lo que buscan con esta medida de protección frente a las inclemencias meteorológicas es que, aparte de conservar, ayude para que los interesados en adentrarse mejor en el yacimiento conozcan el edificio.
Precisamente, completar el edificio cristiano es lo que ha llevado a los investigadores y arqueólogos de Forvm MMX casi el cuarenta por ciento de los esfuerzos en esta nueva campaña, según reconoce Castro: “Sabíamos ya mucho de él, pero para poder presentarlo al público necesitamos una unidad espacial. Conocíamos la estratigrafía, también una hipótesis más que razonable sobre la planta, pero había que completar para hacer una unidad de observación para el público, lo mismo que nos pasó el año anterior con el Mosaico de los Amores”. Ya tenían un esfuerzo de investigación previo y los nuevos datos eran previsibles. Precisamente es donde se encontró la Patena de Cristo en Majestad. “Teníamos dudas. Veníamos sosteniendo desde hace dos años que se trataba de un edificio religioso, pero, al igual que ocurre con la patena, el edificio tiene un perfil muy singular. Lo que estamos viendo o la impresión que nos da es que nos estamos remitiendo a un periodo tan temprano del primer cristianismo, la época de Constantino, recién emergente, con lo que no están consolidados los tipos iconográficos ni los arquitectónicos que luego esa Iglesia ya pujante y expansiva va a poner en orden.
Nos estamos moviendo en algún momento del siglo IV muy temprano y muy cercano a la legalización y al edicto de Milán, que será a principios de ese siglo”, manifestó el director del conjunto arqueológico, tras lo que subrayó que la patena es un objeto singular, “pero el propio edificio es igual de sorprendente”. Comprender mejor el edificio de la sala de los mosaicos era otro de los objetivos: “Teníamos alguna idea e hipótesis, hemos avanzado un poco, pero no podemos determinar que sea el edificio del culto imperial, que es la hipótesis que tenemos ahora”. A ese se sumó la búsqueda del foro, para lo que plantearon las excavaciones en dos áreas nuevas, la la ciudad que hay antes de Roma o el torreón sobre la muralla que, aunque lo conocían en superficie, constataron que era el más grande, una obra púnica, de fortificación de los cartagineses que no tiene nada que ver con la muralla ibérica que se conoce en otros puntos.
“Otra singularidad. Pero eso es lo que nos interesa, que el perfil de Cástulo sea singular”, afirmó Castro