Lejos de la reconocida imagen de una ciudad rica y en expansión gracias a la industria de la minería durante el siglo XIX, la historia de la economía de la ciudad cuenta con muchos matices a lo largo de la Edad Moderna que hasta el momento eran desconocidos. El profesor de Investigación del CSIC en la Institución Milá y Fontanals, Manuel Sánchez Martínez, descubría ayer la gran villa, aún eminentemente agrícola, que era Linares a finales del siglo XVI.
Su conferencia, enmarcada en el II Congreso de Historia de Linares, 'Una villa por sí y para sí' organizado por el Centro de Estudios Linarenses (CEL) y dirigido por el propio Sánchez Martínez, sirvió para analizar detalladamente la imagen de una villa que comenzaba su andadura como villa independiente de Baeza. «Linares tan sólo llevaba 25 años como villa independiente de Baeza y entonces, con 4.000 habitantes, era un núcleo rural grande, casi ciudad, con una gran actividad. De hecho, era el pueblo más grande de la zona más allá de Baeza», explicó Manuel Sánchez.
Labradores, ganaderos y un gran número de profesionales liberales quedaban reflejados en el padrón de una villa que comenzaba a dar sus primeros pasos para convertirse en una ciudad libre que, junto a una minería que entonces comenzaba a despegar, destaca por su alta actividad pañera. «Resulta curioso el alto número de vecinos -en tendidos como domicilios- que se dedicaban a labores textiles, algo que hasta al menos creo que no se había recogido con anterioridad. Era una industria completa: cardadores, tintoreros, tejedoras, hilanderas o batanados», explicó Sánchez Martínez, quien señaló que, sin embargo, se desconoce si era una actividad dependiente de Baeza, dada su tradición en esta industria, o con carácter propio en la ciudad de Linares.
El peso de los moriscos
Ni la industria textil ni la creciente minería tras su reactivación del sector al patrimonializarse las minas por parte de la corona, eran las únicas actividades de peso en la ciudad pues, de la mano de los moriscos que llegaron desde la Alpujarra, el sector comercial tuvo un peso significativo. «El padrón nos muestra una villa muy rica, con unos 150 habitantes moriscos, que son básicamente tenderos. Precisamente, el más rico de ellos era Juan de Abenbaca, un morisco que tenía una tienda en la actual Corredera San Marcos y una sucursal en la calle Francos», detalla el investigador.
Una imagen única del Linares del siglo XVI que Sánchez Martínez desglosaba ayer en la segunda conferencia del II Congreso de Historia del CEL que sirvió para establecer las bases de la futura ciudad que crecería de la mano de la minería y que, como el resto del Reino de Castilla, se vería fuertemente golpeada por la crisis.
En este sentido, Sánchez Martínez reconocía que si bien se conoce mucho del Linares del siglo XVIII y XIX gracias a ese papel dentro de la minería, sus características durante el periodo de los siglos XV-XVII «quedan muchos aspectos por analizar». «Este congreso es muy interesante, y así lo demuestra la gran respuesta por parte de los participantes y las más de 12 comunicaciones que se van tratar sobre diferentes aspectos como la literatura, la arquitectura o el contexto social. Desarrollar este proyecto permitirá realizar un paso adelante, con todas estas aportaciones, para conocer esta etapa», destacó el director del congreso sobre la historia linarense en la Edad Moderna.
Linares, una villa
En la jornada de hoy, el II Congreso de Linares celebrará la última de sus conferencias programas, así como la lectura de las últimas cuatro comunicaciones, que correrá a cargo del director del Archivo Municipal de Linares, Luis Rabaneda.
Será precisamente en dicha conferencia, tras establecer el contexto político y social, tanto a nivel de Andalucía como del Reino de Jaén en el que se produjo la exención jurisdiccional de la villa de Linares respecto a Baeza, cuando se analice este hito histórico de la ciudad minera.
Asimismo, como ocurriera en la jornada inaugural, tendrá lugar una actuación del Grupo Zarambeques con el que los asistentes podrán disfrutar de música ambientada en la época de la independencia de Linares de la ciudad de Baeza, localidad que será visitada en la jornada del sábado de la mano de José Luis Chicharro, consejero del Centro de Estudios Giennenses.
