Rincones que, en el día a día, con la fijación de la rutina pasan desapercibidos. Los arcos de la plaza Deán Mazas, la estrecha calle de San Andrés coronada por el Castillo o, incluso, la Catedral que asoma imponente al final de La Carrera. El profesor y pintor —a partes iguales— José García Rivas se propuso hace ya tres años, con sus pinceles, rescatarlos. Ahora, en una treintena de obras en acrílico, de mediano y gran formato, los muestra. Bajo el título Un paseo por Jaén, se pueden ver en las salas de temporales del Museo de Jaén.
“Quería sacar fuera esos lugares que se han convertido en anodinos y corrientes, a los que ya no miramos por costumbre, al pasar por la calle, mediante mis pinturas”, aclara García Rivas. Ylo hace de una forma colorista, cercana al impresionismo. Con esta exposición, propone una mirada apasionada, original y fresca sobre estos lugares e invita a vivirlos en toda su potencia artística. Él, si se tiene que quedar con algunas de sus obras, son en las que el cielo deja de ser un fondo para ser también protagonista.
Y el acompañamiento no puede ser mejor. José Román aporta a Un paseo por Jaén versos y prosa lírica a cada uno de los rincones representados, de forma descriptiva e histórica. “Le ha dado un toque que, para mí, ha sido un placer. Éramos amigos sin conocernos por todo lo que tenemos en común”, dice el autor. Así, añade versos como “Sobre una paleta extasiada se torna cincel el pincel: Jaén, óleo emocionado bajo oleajes de atmósferas. La palabra se aquieta junto a estrofas de piedra”.
Pero aquí no queda el interés de esta exposición. Aunque ya está jubilado, la enseñanza forma parte importante de su día a día. Es una vocación que no cesa. Ypor eso, quiso darle una vertiente didáctica. Una afición a la que, ahora, puede dedicar más tiempo y atención. Así, envió material de Un paseo por Jaén a centros escolares con la propuesta de que empezaran a trabajar, días antes de su visita, al Museo con los alumnos. Su tarea debía ser elegir uno de los rincones que refleja en sus pinturas y visitarlos, conocerlos o redescubrirlos de mano de sus padres, fotografiarse allí o dibujarlos. “Ahora vienen a mí y me cuentan su experiencia. Así, sin casi darse cuenta, cumplen el objetivo: conocer mejor nuestra ciudad”, detalla. Y ayer ya recibió al primero de los colegios que aceptaron el reto. Fue el SantoDomingo, que llegó con Infantil y cuarto de Primaria. Llevaban dibujos y fotografías —que se van sumando a la exposición en papel continúo reservado para ello— y contaron a qué sitios habían ido, para, después, conocer los cuadros con el mejor guía, su autor. En los próximos días, está previsto que también acudan los colegios Alfonso Sancho, María Zambrano, Santo Domingo —tercero de Primaria— y Miguel Castillejo.