El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, ha mantenido hoy un encuentro con el rector de la Universidad de Jaén, Manuel Parras; el presidente del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE), Francisco Casero; y Juan Ramón Guillén, presidente de la Fundación que lleva su nombre y dedicada a la defensa del sector del olivar, con el objetivo de plantear los primeros pasos para la elaboración del expediente que permita que el paisaje del olivar andaluz sea declarado por la UNESCO Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad. “Hablar de olivar es hablar de economía, de cultura, de una manera de ser que, sin duda, impregna toda esta gran superficie”, ha destacado Reyes en la rueda de prensa ofrecida después de esta reunión.
“No podemos olvidar que más allá de su dimensión paisajística, histórica, artística, arquitectónica, arqueológica y etnológica, no todo, pero sí buena parte del Patrimonio Histórico-Artístico del Paisaje del Olivar en el Mediterráneo puede ser un recurso de desarrollo territorial”, ha subrayado Reyes, que ha informado sobre la hoja de ruta a seguir, que pasa, en primer lugar, por plantearle a la Junta de Andalucía este proyecto que trasciende las fronteras provinciales. “Vamos a crear una comisión técnica que va a estar formada, en un principio, por la Diputación Provincial, por la Universidad de Jaén, por la Fundación Ecovalia y por la Fundación Juan Ramón Guillén, a las que pretendemos que también se sume la Junta de Andalucía”. Además, ha añadido, “queremos implicar a las cinco diputaciones provinciales en las que se encuentra el olivar que deseamos que sea declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad: Córdoba, Sevilla, Granada, Málaga y Jaén”.
Por su parte, el rector de la Universidad de Jaén ha puesto de relieve el “incremento de la demanda de aceite de oliva en el mundo, por lo que hay mucha gente que quiere saber cómo se produce el aceite, quién está detrás y cómo se cuida el medio ambiente, y estos aspectos están vinculados al territorio”. Al respecto, Manuel Parras ha señalado que “desde la Universidad pondremos todo de nuestra parte para elaborar un buen expediente que nos permita conseguir esta marca singular”.
En ese sentido, para Francisco Casero este compromiso “que hoy tomamos tendrá trascendencia para el futuro, porque no existe un bosque a nivel mundial hecho por el hombre de tanta importancia, que forma parte de nuestra cultura, de nuestra historia y de nuestra vida diaria”. Un compromiso que pretende sumar a Andalucía y que, según Juan Ramón Guillén, tendrá su repercusión económica. “El turista busca lugares especiales que cuentan con esta declaración, como lo hemos visto en Úbeda y en Baeza”, ha indicado.
La iniciativa de que el paisaje del olivar sea Patrimonio Mundial tuvo un primer intento en 2008, cuando el pleno de la Diputación de Jaén aprobó iniciar las gestiones para alcanzar esa declaración. “Por entonces, por unas u otras razones, no se vio adecuada su tramitación, a pesar de que existían reiteradas sugerencias desde la propia ICOMOS –órgano asesor de UNESCO– para la tramitación de un expediente de declaración del paisaje del olivar como Patrimonio de la Humanidad”, ha recordado el presidente de la Administración provincial, que se ha referido también a la iniciativa emprendida por La Rioja y el País Vasco para que el paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa, obtenga este reconocimiento de la UNESCO en 2015. “Tal vez el ejemplo riojano nos sirva para emprender este camino ilusionante, abierto y de toda una provincia que no se entendería sin una cultura del olivar que está en la raíz de lo que fuimos, somos y seremos”.
El término "paisaje cultural" para la UNESCO abarca una diversidad de manifestaciones de la interacción entre el hombre y su medio ambiente natural. Los paisajes culturales reflejan con frecuencia técnicas específicas de uso sostenible de la tierra, y toman en consideración las características y límites del entorno natural en el que están establecidas, y una relación espiritual específica con la naturaleza. De este modo, la protección de los paisajes culturales puede contribuir a las técnicas modernas de uso sostenible de la tierra y a mantener o incrementar los valores naturales del paisaje. Bajo estos argumentos, la UNESCO considera que la protección de los paisajes culturales tradicionales es, por lo tanto, útil para el mantenimiento de la diversidad biológica. En la actualidad, España cuenta con distintos paisajes declarados Patrimonio de la Humanidad, como el es el caso del Paisaje Cultural de Aranjuez, el Paisaje Cultural de la Sierra de Tramontana, Las Médulas (León), el Monte Perdido (Pirineos) o el Palmeral de Elche.