Los
organizadores de los Juegos –SEMER Turismo y Cultura , Macrotour, Diputación de
Jaén y Ayuntamiento de Linares- se han visto desbordados en muchas ocasiones
por la respuesta del público de Linares y la multitud de personas que han
acudido de los distintos puntos de la provincia, incluido del extranjero.
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Hemos venido porque nos enteramos por internet y nos pareció una idea
preciosa que nos interesaba porque en nuestra ciudad, Coimbra, con antecedentes romanos. Pensábamos
que algo así sería maravilloso –decía Joao, acompañado de otros cuatro miembros
de su familia.
Nos
cuenta Pablo Lozano Antonelli, de la empresa SEMER Turismo y Cultura, parte
organizadora de los Juegos, que “antes de iniciarse el trabajo ha sido dura la
preparación con los recreadores históricos y las tareas de dinamización con la
población de Linares para que participasen en los mismos”. En el fondo, la
clave de este evento es la difusión de la historia entre la población de
Linares para que haga suyo el yacimiento arqueológico de Cástulo. “Nosotros
somos divulgadores del patrimonio y de la historia-continúa relatando Pablo
Lozano-, por eso además realizar cada día
visitas guiadas a las ciudades patrimoniales como Úbeda y Baeza, también
utilizamos otras herramientas como las visitas teatralizadas, la programación
de eventos como el Cinefan de Úbeda o el Festival de Cómic Europeo de Baeza y
Úbeda, o la recreación histórica para llegar fácilmente al gran público e
incluso haciéndole ser protagonista asumiendo papeles en dicha recreación como
ser gladiador romano, patricia, esclavo
o centurión, o ser soldado de la Segunda Guerra Mundial”.
Estos
enamorados de la historia han organizado seis talleres de participación en
grupos reducidos para unas sesenta personas interesadas en la historia y, en
particular, en Cástulo, que se incorporan como personajes a los Juegos. Han
aprendido en las charlas y documentado sobre la vida gladiatoria, la vida civil
y militar romana, además de cinco acciones promocionales en la calles de
Linares, en la Feria Tierra Adentro o en mesas informativas. Además de la
atención a los medios de comunicación de los más diferentes ámbitos.
El
evento formal se abrió el viernes 7 con una charla de Pablo Lozano sobre el
mundo gladiatorio en el auditorio de El Pósito para más de cincuenta personas.
El origen de los gladiadores, su paso por un Ludus, la vida en la arena y su
final con vida o muerte.
La
concentración masiva de gente se produjo ya a primera hora del sábado en la
plaza del Ayuntamiento antes de la “Ofrenda a los dioses” con las exhibiciones
de los gladiadores y la llegada del cortejo de soldados, ciudadanos iberos y
romanos con sus córnices, trompetas en espiral que tanto hemos visto en las
películas. La expectación ya se apreciaba en la gente que se arremolinaba en
las escalinatas, que curiosearon la ofrenda a las deidades propias antes de
iniciarse los Juegos, como a Júpiter, Juno, Marte y Némesis -la patrona de los
gladiadores, con la quema de madera y aromáticas y los sacrificios de dos
esclavos obligándoles a combatir. Entonces se inicia la Pompa de gladiadores,
con su cortejo por las calles hasta la plaza de toros convertido en anfiteatro
romano.
Unas
mil personas jalearon desde las gradas la entrada de los soldados y los
gladiadores bajo la presidencia de la editora de los Juegos, la figura romana
que los pagaba y tenía la última palabra sobre la vida o muerte del gladiador
vencido en la arena y tras escuchar las peticiones del público, y el “summa
rudis” o árbitro. Un narrador introdujo desde la tribuna sobre el desarrollo y
reglas de los combates y el perfil de cada uno de los contendientes, invitando
al público a decantarse con pasión por alguno de ellos. Éste tuvo un papel
entusiasta apoyando a sus preferidos de cada uno de los seis combates. Cupido,
Scorpio, Glaucus, Artemisa son algunos nombres de los doce gladiadores que
lucharon con denuedo en la arena, aunque fueron las gladiatrix las que hicieron
sucumbir al público de la plaza por su bravura y fiereza en los combates. La
escenografía quedaba adornada con la presencia, en el perímetro del ruedo, de
centuriones y guerreros iberos, que nos hicieron viajar al pasado de aquél
Cástulo que llegó a ser la capital industrial de la Oretania ibera con la
explotación de las minas, contando, entre otras muchas cosas, con anfiteatro y
escuela de gladiadores.
Por la
tarde el yacimiento arqueológico se colapsó de vehículos en su aparcamiento y
arcenes de la carretera para asistir a la visita guiada, recorrer los
descubrimientos y el centro de interpretación. Más de quinientas personas
pululaban internándose por los senderos entre ruinas de la antigua ciudad. En
la visita guiada pudieron participar unas cien personas, aunque fueron “más de
cuatrocientas las que se quedaron sin poder participar ante la superación del
cupo razonable para la correcta visita”.
También hubo charla y maniobras romanas sobre el ejército romano en la
II Guerra Púnica, que hizo el deleite de los niños al poder participar en los
simulacros de las maniobras. El muralis
o muro de escudos romanos, el testudo o tortuga, el cuneo o formación en erizo
o la cuña para penetrar en las filas enemigas, las armas, panoplia, estructura
del ejército y el campamento romano de la mañana siguiente con sus tiendas,
altar, y armamento que recibió más de un millar de visitas donde un centurión
iba explicándolo, además del ludus o escuela de gladiadores.
“La
lluvia respetó el evento a pesar de las malas previsiones, pareciendo que la
ofrenda a los dioses hizo sus efectos”.
“Todas
las actividades han superado las expectativas –dice Pablo Lozano-. Es la
primera vez que en las calles de Linares la ciudad de Cástulo ha estado
presente, más allá de las conferencias habituales en recintos cerrados,
permitiendo a la ciudad de Linares revivir su pasado ibero y romano”.