'El niño de la armónica', la escultura que el artista de la tierra Constantino Unghetti Álamo compuso en 1972 y donó al pueblo en 2013, que fue objeto de un acto vandálico el pasado mes de septiembre, ha regresado restaurada a Castellar y puede contemplarse de nuevo en el parque del Museo Ibérico de la localidad condatense.
El impúber protagonista del grupo escultórico amaneció una mañana con el rostro destrozado, los brazos amputados y el instrumento musical arrancado de cuajo. Un salvaje atentado al patrimonio artístico había dejado de esta guisa la obra de 1,20 de altura, en argamasa de yeso y cemento, sobre un pedestal de granito, que se hallaba presidiendo el coqueto parque que lleva el nombre del egregio artista de Castellar.
Allí había colocada el 15 de agosto de 2013 después de que Unghetti, que la tenía en el patio de su casa de Jaén, optara por donarla al pueblo para que quedara emplazada definitivamente en ese espacio ajardinado que se ubica cerca del Ayuntamiento castellariego, junto al futuro Museo de la Memoria y en las inmediaciones de otro grupo escultórico suyo, 'El niño de la fuente', creado en el año 1960.
Aquella mañana de septiembre técnicos municipales se encargaron de recoger los restos que fueron depositados en una urna de la casa consistorial con la idea de proceder a su inmediata reparación. El laborioso proceso se ha llevado a un centro restaurador de Andújar y, finalmente la escultura de Unghetti, el artista de la piedra, el bronce y la madera que el sábado 24 de este mes de enero cumplirá 92 años, retorna triunfante a su lugar de origen.
El vandalismo no tiene en cuenta valores culturales, ni éticos, ni patrimoniales, pero una vez más ha sido vencido. El consistorio puso entonces los hechos en conocimiento de la Justicia, sin que haya trascendido el resultado de las pesquisas que se iniciaron entonces.
