Jaén es un plató para el séptimo arte. Y es que el mundo del cine ha encontrado en la provincia un considerable número de escenarios naturales y han utilizado el legado patrimonial como contexto de las historias que se contaban en su rodajes. Así se desprende del primer trabajo en profundidad que ha realizado el crítico cinematográfico y gestor cultural —y también premio González Sinde—, Enrique Iznaola, bajo el título Memoria Cinematográfica de la Provincia de Jaén. Rodajes en Jaén.
“En esta obra se repasan y analizan todas las películas que han escogido nuestra provincia como plató para ambientar sus historias”, explica el autor del estudio. Pese a la importancia de muchos de los largometrajes que se fijaron en estas localizaciones, en muchos casos el público en general desconoce que está en Jaén, “con lo que esta investigación contribuirá a su puesta en valor”, añade el crítico jiennense. Un ejemplo del desconocimiento general sobre el tema de los rodajes efectuados en Jaén, alude a publicaciones sobre el cine en Andalucía, ya que habitualmente tan solo se señalaban como largometrajes filmados títulos como Llanto por un bandido, Fuga sin fin y Alatriste, olvidando mencionar trabajos como El hombre que supo amar, Las cosas del querer, Yo soy esa, El santuario no se rinde y decenas de obras que deberían incluirse.
En este proyecto de investigación se encuentra una ficha de todos los largometrajes rodados en Jaén, divididas entre obras de ficción o documental. De las conclusiones de esta investigación se desprende, finalmente, que la cifra de largometrajes filmados en Jaén ha sido de sesenta largometrajes desde el año 1926. De ellos, cuarenta y tres son películas de ficción y diecisiete, documentales, a los que hay que sumar sesenta y ocho cortometrajes documentales y doce episodios de diferentes series televisivas, como Curro Jiménez. “La oportunidad de este trabajo es indiscutible, en unos momentos en que, precisamente, la Diputación de Jaén se encuentra en proceso de unirse a Spain Film Commission”, apostilla Iznaola.
Entre otras curiosidades se recoge la filmación, en Sierra Morena, de la producción francesa La Duquesa de Ávila de Philippe Ducrest (1968), extraña adaptación de El manuscrito encontrado en Zaragoza, de Potocki, o la más conocida, sobre todo por la popularidad de sus actores, Montañas como elefantes blancos, de Tony Richardson (1990), que trajo a Jaén a Melanie Griffith y a James Woods en el momento de auge de sus carreras profesionales. Obviamente, también se detiene este estudio en la adaptación de la novela de Manuel Andújar Vísperas de Eugenio Martín (1997) y en otras producciones como Teresa de Jesús, de Josefina Molina, y Fortunata y Jacinta, de Mario Camus, ambas rodadas en 1984, o Lorca, muerte de un poeta (1987), cuyos planos finales de olivos fueron tomados en Iznatoraf.
“El estudio se detiene en cada municipio, como, por ejemplo, la capital jiennense, que va a la cabeza, cuantitativamente, de los rodajes, ya que en ella se han filmado escenas para quince largometrajes, de los cuales seis serían documentales, si bien es cierto que ninguno de los filmes de ficción se desarrolló íntegramente en la ciudad. Le siguen en número de rodajes Úbeda, Linares, Baeza, Cazorla y Andújar”, concluye Iznaola.