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domingo, 4 de enero de 2015
Noticia IDEAL:Los otros rostros de las ruinas de Cástulo
No son conocidos ni aparecen en los periódicos a menudo, pero su trabajo está siendo fundamental para que Cástulo despierte cada vez más el interés de los amantes de la Historia, de la Arqueología y de todo lo que concierne a Linares. La antigua capital íbera, capital de la región de Oretania, ha resurgido en los últimos años y lejos de aún de conocer si volverá a gozar de la importancia que tuvo para diversas civilizaciones hace siglos, lo cierto es que cada vez mueve a más personas de muy diversos perfiles que trabajan allí y fuera de él.
Fórum MMX
Un completo equipo de profesionales
Si Cástulo es hoy lo que es se lo debe, en buena parte, a los profesionales del Proyecto de Investigación Fórum MMX. Este grupo fue creado en julio de 2011 por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, aunque ya venían trabajando en el Museo Arqueológico de Linares, que se integró en la nueva institución. Lo componen 6 vigilantes, 2 expendedoras, 2 auxiliares de instituciones, 2 administrativas, un conserje y una ordenanza, más otros dos profesionales como personal técnico que trabajan en el Conjunto Arqueológico de Cástulo.
En lo que se refiere al equipo técnico del proyecto, este lo suscriben más de 60 personas procedentes de muy distintos campos. En general, todos han sido contratados alguna vez con cargo al proyecto, y después han seguido o empezado como voluntarios. Aquí se encuentra el personal dedicado a la informática, arqueología y excavación, catalogación de materiales, conservación, vídeo y fotografía, topografía, biología, arquitectura y accesibilidad, aprovechamiento docente y visita pública, auxiliares y operarios.
Yolanda Jiménez pertenece a uno de los grupos más numerosos, el de Arqueología-Excavación. Esta arqueóloga tuvo su primer contacto con Cástulo en 1992 en el Museo Arqueológico, y fue a raíz de un encargo que recibió de la antigua directora del Museo, Concha Choclán, para hacer el registro del material del Santuario de La Muela. También participó en las dos primeras ediciones de los Campos de Trabajo que cada verano tienen lugar en el yacimiento, donde se ocupó de la documentación gráfica de las dos mesetas de Cástulo. Sin con esto no le bastaba, a su vez fue monitora de la Escuela Taller 'Viaje al tiempo de los Íberos'. 'Con el proyecto Fórum MMX es abismal lo que hemos conseguido ya que Cástulo lo conocíamos dentro de la comunidad científica y ahora en Linares todo el mundo habla de Cástulo', sostiene Jiménez. Su cara expresa la alegría de poder contribuir a que Linares, y especialmente Cástulo, la gente lo sitúe en el mapa y no sea «una cosa ruinosa».
A modo de anécdota, la arqueóloga tiene el honor de haber sido la que descubrió la escultura del león de Cástulo, dentro de un proyecto de la Diputación de Jaén para excavar la muralla norte del yacimiento. «Yo estaba limpiando varias piedras de esas redondas que predominan en Cástulo y pensé que era una piedra más. Cuando nos percatamos de que era un culo, empezamos a excavar y nos dimos cuenta de que se trataba de una escultura», revela Jiménez entre risas. Descubrirlo por completo les llevó dos días de trabajo que dejó a todo el equipo impresionado y maravillado ante el buen estado de conservación en el que se encontraba. «Sea el león, el Mosaico de los Amores o cualquier otra cosa, yo no pierdo la adrenalina por seguir encontrando cosas en Cástulo y trasmitirlo», dice la arqueóloga.
Voluntarios
Una ayuda inestimable en el yacimiento
En 2011, la delimitación del yacimiento recibió protección cono Zona Arqueológica por parte de la Consejería de Cultura, otorgándole una nueva catalogación a la que ya obtuviese en 1985. Ese año, fue declarado monumento histórico-artístico y arqueológico con carácter nacional, pero con el cambio de competencias a la Junta de Andalucía, las excavaciones sufrieron un parón. Sin embargo, si echamos la vista atrás en los años 60 y 70 el profesor José María Blázquez ya estuvo excavando en el yacimiento. Ya en aquellos años, un joven Antonio Orcera, visitaba Cástulo, primero a pie y luego en bicicleta. Hoy en día, es uno de los 400 voluntarios que no se resisten a dejar de bajar a Cástulo para contribuir con las labores de documentación, limpieza y clasificación de todo lo que se encuentra. Junto al equipo técnico forman una 'gran familia'. Así, se sube cada mañana en el autobús que lleva a los voluntarios al yacimiento porque asegura que no quiere perderse ni un día de trabajo en Cástulo. «Cuando termina el colegio en verano, allí es un boom porque bajan también estudiantes a ayudar y casi no encuentras un hueco libre para excavar. Además, la gente está muy concienciada con el patrimonio y trata con mucho mimo y respeto cualquier pieza que se encuentren por insignificante que sea», declara Orcera. Este voluntario es una auténtica enciclopedia de Cástulo y escucharle supone conocer de otra manera el yacimiento. «Cuando vinieron los antiguos Reyes, Juan Carlos y Sofía, a inaugurar las letrinas y las termas de Cástulo, todo el mundo se amontonó cerca de donde iba a aterrizar el helicóptero que los traía. Fue tal la expectación y la cercanía de la gente al lugar, que el aire que movieron las aspas del helicóptero hizo que se levantase toda la maleza de esa zona y las personas que iban engalanadas para la ocasión, se manchasen. Cuando se bajó la Reina y vio la estampa, no pudo parar de reír durante un buen rato», afirma Orcera.
El voluntario también pudo presumir de haber tenido en sus manos unos de los fragmentos que forman la Patena de Cristo en Majestad, el último gran descubrimiento de Cástulo. Según él, al principio, no le dio importancia pero, cuando todos empezaron a encontrar más trozos y a reconstruirla, como si de un puzzle se tratase, se dieron cuenta de que se trataba de una pieza muy valiosa. Hoy en día se encuentra en el Museo Arqueológico y está valorada en 3 millones de euros.
Trabajadores del museo
Los que recogen los frutos de Cástulo
Son los que día a día palpan la opiniones de los turistas que quieren profundizar en el conocimiento del yacimientos arqueológico. Ana Fuentes lleva siete años trabajando en el Museo Arqueológico de Cástulo y, es una de las primeras personas que los vecinos y visitantes al museo ven cuando llegan. Su función como conserje, le permite recibirlos, darles unas pequeñas instrucciones y comprobar el grado de satisfacción de todos cuando se marchan. «Antes no tenía tanto auge pero con las excavaciones y los descubrimientos como el léon y la patena de Cristo, están viniendo mucha gente», dice la conserje. La procedencia de los turistas es muy variada y destacan los turistas de Madrid, Valencia, Barcelona, y también de países europeos como Alemania. A estos últimos, declara, que les entrega los folletos en inglés que hay en el museo y que tratan de entenderse lo mejor posible. «Yo entré a trabajar aquí y no me llamaba la atención y ahora cada vez me gusta más y me intereso por la historia y la arqueología», sostiene Fuentes. En el Museo también trabaja María Antonia Serrano como limpiadora. Es consciente del valor de las piezas y, por este motivo, puntualiza que hay que tener una dosis de delicadeza extra a la hora de dejar impecable el espacio museístico. «Lo que más me impresiona son los tallados de las piedras porque no me explico cómo en esa época, se podía hacer eso con pocos recursos y sin estudios», apunta Serrano.
El futuro de Cástulo
El IES Santa Engracia da a conocer el yacimiento
Conseguir que los más jóvenes se interesen por Cástulo no es nada sencilllo, pero si se hace una apuesta decidida por darlo a conocer y se les concede todo el protagonismo a ellos, se obtienen buenos resultados. De diez lo hizo la comunidad educativa del IES Santa Engracia Linares. A través de un modelo de trabajo denominado 'Apredizaje basado en proyectos', hace dos años algunos profesores del centro expresaron su interés por hacer algo en Cástulo. «Además de la idea de los docentes, trabajamos con la Universidad de Jaén y vinieron alumnos de postgrado a explicarnos cosas de Cástulo. A partir de hay, nos pusimos a trabajar todo el centro en un proyecto que englobase a todos los alumnos, profesores y áreas y al final elaboramos el producto final que consistió en la representación de nueve escenas cotidianas de la vida en Cástulo», comenta Alfredo Márquez, director del centro. Dos de las actrices que participaron en la representación fueron Manuela Cobler y Vanessa Galeano, ambas alumnas de 4º de ESO. «A mí me hizo muy ilusión y además se notó mucho todo el trabajo previo porque hasta los trajes eran muy conseguidos», dice Cobler. Su compañera destaca que, aparte de haber pasado un rato divertido, aprendieron cómo vivían en esa época y les sirvió para quitarse el miedo de hablar en público. La representaron tres veces y ni siquiera las altas temperaturas que tuvieron que soportar, les restaron ganas por seguir recreando la vida en Cástulo.