Quesada, ese municipio jiennense donde la naturaleza irradia en cada rincón, es también un referente para los amantes de la cultura. Con sus apenas seis mil habitantes, Quesada ha visto crecer entre sus tierras el arte a raudales. Sus brazos “han mecido” a una cuna de artistas y ha visto nacer al gran pintor Rafael Zabaleta, un quesadeño que en sus cuadros dejó retratados la belleza de los paisajes y los rostros de sus paisanos.
Parte de su huella, está expuesta en el Museo que lleva su nombre y ubicado en la Plaza Cesáreo Rodríguez-Aguilera. El edificio reúne una colección de arte del pintor, entre óleos, acuarelas y dibujos de una relevancia especial merecedora de una visita referente para comprender el sentido plástico de su pintura (116 óleos, 700 dibujos, 11 acuarelas y 1 témpera). A través de cuatro salas permanentes de exposición y una temporal se puede contemplar la vocación por ser pintor que desde pequeño ya demostraba, el periodo de formación y las influencias de las vanguardias internacionales que tanto le atrajeron, su pasión por el mundo rural y su pueblo, el modo de vida de sus habitantes y el paisaje serrano; importante fueron, para su periodo de madurez, la técnica, el estilo, la abstracción, el color y la geometría que muestran una serie de obras emblemáticas y finalmente se exhiben los principales contenidos temáticos que plasmó en muchos de sus viajes, a demás de su Quesada natal. Junto a las obras de Zabaleta, obras de grandes maestros del siglo XXI como Miró, Picasso, Tapies, Canogar o Miralles hacen de Quesada un referente cultural, un patrimonio que sumará peldaños y alcanzará su cima con obras de otro gran artista vinculado a Jaén, Miguel Hernández. De este modo, el Museo Zabaleta suma a su colección pictórica los manuscritos, originales, fotografías y artículos de un Miguel Hernández vinculado a Quesada a través de su esposa, Josefina Manresa, multiplicando así el atractivo de un recinto que bajo el nombre del municipio que les vincula.
En pleno siglo XXI, cultura y naturaleza hacen de Quesada un rincón de la provincia de obligada visita donde sumergirse en un pulmón verde, y enriquecer el espíritu con el arte de quienes supieron trasladar con color y letras la oscuridad de épocas pasadas.