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martes, 22 de noviembre de 2016

El Certamen de Novela Histórica de Úbeda cita de prestigio internacional


E l acto de entrega de la primera edición del “Premio de Novela Histórica Los Cerros de Úbeda”, a la mejor obra del género publicada en el año 2015 reunió a creadores de prestigio. El jurado estuvo compuesto por los escritores Antonio Pérez Henares, Juan Bolea y Jesús Maeso de la Torre. Este último, en su calidad de presidente y portavoz, fue el encargado de entregar el galardón a Javier Olivares, autor de el trabajo literario titulado “Felipe, heredarás el mundo”.
Según Maeso de la Torre, la novela premiada “aventajó en puntuación a las otras dos finalistas, después de un minucioso, largo y reflexivo debate de los miembros del jurado”. Todos coincidieron en destacar en el libro de Olivares: “Un extraordinario dominio del espacio histórico que relata, además de una pluma imaginativa, culta y tenaz, así como una intensidad narrativa que la convierten en una obra lograda”. Resaltaron “los diálogos ágiles, acabados y veraces, que le confieren gran credibilidad a los personajes y a la trama”.
Olivares agradeció la distinción, además de mostrarse encantado de estar en la ciudad de los Cerros, de la que dijo sentirse como en casa, tanto es así que piensa comprar una casa en la ciudad. Tras la ceremonia de entrega del reconocimiento se presentó el volumen “Banderizos”, de José Manuel Aparicio, propuesta que se alzó con el “Premio Ciudad de Úbeda” en la cuarta edición del concurso. El autor, que había seguido la cita cultural a través del blog del certamen, en esta ocasión tuvo ocasión de disfrutar de su programación.
Además de la entrega de los dos premios que concede el “Certamen de Novela Histórica”, residentes en Úbeda y visitantes se acercaron a los campamentos instalados por los grupos de recreadores en distintos edificios del municipio. Así, las tropas alemanas montaron su cuartel general en el Palacio de Anguís de Medinilla; antes de acceder a él había que pasar un puesto de control. Además los curiosos pudieron contemplar un puesto médico, una pequeña oficina de correos o una cocina con comedor. Por su parte, las tropas del ban- do aliado tenían su campamento en el Palacio de las Cadenas.
Cientos de personas de todas las edades disfrutaron de la recreación histórica, con atento seguimiento a cada una de las escaramuzas que se ofrecieron al público. Tanto es el calado que el certamen tiene en la ciudad que algunos ubetenses se animaron a hacer de figurantes y se ataviaron de época a lo largo de un fin de semana de tiempo otoñal.