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domingo, 26 de marzo de 2017

Noticia IDEAL:La Junta destaca el aumento de la población de lince ibérico durante 2016


El número de ejemplares de lince ibérico en Andalucía asciende, según el censo elaborado por los técnicos del Proyecto Life+Iberlince, a 397 individuos a cierre del año 2016 lo que supone 36 más que en el año 2015, a los que hay que sumar los nacimientos de esta temporada en los centros de cría y los cachorros nacidos en libertad de este felino, considerado el más amenazado del planeta. En total, la Península Ibérica cerró el pasado año con una población de 483 individuos.

Así lo ha puesto de relieve la delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Ana Cobo, durante la visita al Centro de Cría La Olvilla en el término municipal de Santa Elena, en la que ha estado acompañada del delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Eugenio Ortega, y del director del Proyecto Life+Iberlince, Miguel Ángel Simón

Cobo ha valorado que se trata de "un espacio modélico" en la recuperación de este animal donde hace pocos días las hembras Cinara y Coscoja han dado a luz siete cachorros, uno de los cuales ha fallecido.

"Hoy estamos constatando como este programa está funcionado. Es mucho el esfuerzo que se ha destinado por parte de Fondos Europeos y de la Junta de Andalucía con grandísimos profesionales que han conseguido que la Unión Europea para la Conservación de la Naturaleza haya rebajado la protección de 'peligro crítico' a 'peligro de extinción', que ya es un logro", ha señalado.

Igualmente, ha apuntado que la idea es que no sólo tener linces en la zona de Sierra Morena, Cardeña y Andújar, sino que "sea una mancha que una desde Portugal hasta los montes de Toledo porque será lo que asegure la supervivencia de la especie". En lo que va de año, en la zona de reintroducción del Valle del Río Guarrizas en Jaén se han liberado ya cuatro ejemplares.

Los ejemplares nacidos en la actual temporada de cría alcanzan ya los 22 repartidos entre los tres centros del territorio español --Zarza de Granadilla, en Cáceres, Acebuche, en Huelva y La Olivilla, en Jaén-- y el centro de Silves ubicado en Portugal aunque todavía quedan por parir más de una docena de ejemplares. Normalmente, permanecen alrededor de una año en el centro y después se van liberando.

En el Centro de Cría La Olivilla viven en la actualidad 36 linces: seis cachorros nacidos este mismo año, 14 machos y 16 hembras. La delegada ha recordado que en este espacio trabajan diez cuidadores, biólogos y veterinarios que hacen un "seguimiento exhaustivo" de los animales.

Ello, según ha añadido, lo que lo convierte en el centro "más avanzado y más especializado donde se han establecido unos protocolos para la preparación de los cachorros y su reintroducción en el medio natural que después se han extendido a otros centros de la Península".

La Junta de Andalucía, de hecho, invirtió el pasado año cerca de 300.000 euros en él para construir cercados preparados especialmente para realizar los trabajos previos a las sueltas y edificar cuarentenas propias para los linces procedentes del campo. Actualmente este espacio, inaugurado en 2007, dispone de 23 instalaciones para albergar linces destinados a la reproducción, tres cuarentenas, clínicas y oficinas para el personal del centro.

Variabilidad genética

Por su parte, Miguel Ángel Simón ha hecho hincapié en la importancia de aumentar la variabilidad genética de la especie, lo cual, "era difícil de lograr porque sólo quedaban linces en Doñana y en Andújar".

"Pero ahora, en los centros de cría estamos mezclando esas dos líneas genéticas y se van diversificando tanto las parejas destinadas a la cría como de los linces que hay en el campo. Tenemos mapas genéticos de las poblaciones linceras que hay en el campo, por lo que, los emparejamientos que se hacen en los centros de cría, están destinados a complementar esa genética. Se podría decir que hacemos una reintroducción a la carta", ha explicado.

Dentro de las necesidades estratégicas planteadas desde el Proyecto Life+Iberlince para el año que viene se ha planteado un objetivo de 50 cachorros, algunos de los cuales se quedarán en cautividad para complementar genéticamente la población de los centros y el resto que será destinado a que se puedan liberar, al menos, unos ocho ejemplares por zona de reintroducción.