Con la intención de trazar una línea vertical en el tiempo un grupo de creadores plásticos integra sus obras en las diferentes salas del Museo Provincial de Jaén para abrir un diálogo entre la arqueología y el arte contemporáneo. Una oportunidad para recorrer las galerías del centro jiennense en estas Navidades.
Como el investigador que congela un tejido humano y lo conserva para, al cabo del tiempo, crear una nueva vida, un grupo de once autores de la Facultad de Bellas Artes de Granada presenta, a partir de las piezas arqueológicas que se muestran en el Museo Provincial de Jaén sus propias obras gestadas a partir de la idea de las colecciones rescatadas del pasado. “Se trata de un grupo de creadores a los que les preocupa la seriedad de las obras. Así como que las creaciones mantengan una relación con las obras expuestas en el museo”, explica Paco Lagares, coordinador del grupo de investigación Hum: 850: Arte y sociedad.
El proyecto surgió de una primera experiencia que se adaptó al Museo Arqueológico de Úbeda. Después, bajo el mismo planteamiento, el colectivo se sumergió en las entrañas del centro jiennense para estudiar y empaparse de la riqueza arqueológica que guarda y elaborar sus piezas a partir de las colecciones que permanecen en la planta baja y la entreplanta, dedicadas a la arqueología, así como el sótano en el que se halla el yacimiento de Porcuna. “Tras un año de trabajo, lo más importante era que nuestras obras quedaran integradas. El reto estaba en que las piezas no fuesen sobresalientes sobre las ya existentes, pero que tampoco quedasen anuladas por la importancia de las piezas del museo”, afirma Lagares.
La armonía, el respeto y la amistad de los componentes de la formación fue esencial a la hora de disponer cada obra. En cuanto a los autores que integran sus creaciones, cuales piezas camaleónicas en distintos espacios de las salas, está Theótima Amo, de la que destaca su obra Secuencia polínica I y II, basada en la secuencia polínica del polen encontrado en las distintas capas arqueológicas del yacimiento Eras del Alcázar de Úbeda. Por medio de unas figuras, Javier Arteta representa un mundo de sismología extraído de las monedas romanas. La obra de Luis Casablanca Huellas grises centra su mirada en objetos cotidianos. Las esculturas Tiempo encapsulado I y II y el vídeo Goma de mascar de Valle Galera muestran la huella de mordiscos y tensiones en un objeto moderno: el chicle. Mar Garrido muestra Cuenco de palabras que surge de la idea del origen de la escritura que la representa en huevos. Mientras, Sarcófago de hojas de plomo son seis fotografías que plasman las transformaciones y el paso del tiempo. Paco Lagares expone, entre otras obras, Dobles parejas que evoca la fragilidad del recuerdo con el paso del tiempo. Tucho Molina presenta sus obras Corazonada I y II, en las que el escudo o la coraza son armas defensivas, no de agresión, “como si el guerrero que lo llevara opusiera el cosmos a su adversario”. De Esther Moreno se puede ver Cretense inspirado en las pinturas de la cerámica griega. Luisa Sánchez muestra Celosías que es un puzle construido con pedazos de papel. En Tiempo fragmentado, María Dolores Sánchez crea dos libros de artista a base de trozos de papel que se unen y componen. Sin un título concreto, Emilia Sánchez, muestra unas piezas basadas en la idea de casco como objeto de protección así como de vulnerabilidad, con una serie de perforaciones.
Abierta hasta el 15 de febrero, la muestra se suma al resto de exposiciones del museo jiennense como una atractiva oferta cultural para las fechas navideñas.