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jueves, 8 de diciembre de 2011

La calidad de los mosaicos acerca el centro de visitantes de Cástulo

Aunque destruida, olvidada y expoliada como pocas, la ciudad de Cástulo es el paraíso para el arqueólogo. Una acumulación de arquitecturas y civilizaciones allí donde investigue. Como la interesante necrópolis extramuros hallada recientemente al hacer la nueva carretera de acceso, desviada ligeramente para salvar las cámaras funerarias. O el edificio encontrado el pasado verano, con mosaicos perfectamente conservados y paredes con estuco y que conforme avanza la excavación deja ver todo su esplendor. O la zona del mercado.

O los anteriores hallazgos de las termas, las letrinas, las calzadas... Como dijo el director del conjunto arqueológico, Marcelo Castro, a los participantes en el Congreso Internacional sobre la Segunda Guerra Púnica, «en Cástulo hay pocos puntos excavados pero muchas cosas que mostrar». Un yacimiento de cincuenta hectáreas (el de Puente Tablas, por ejemplo, tiene cinco) y dos kilómetros de ancho. Una ciudad, capital de la Oretania, que dominaba el valle del Guadalimar (la navegación fluvial llegaba hasta allí) y «un cruce de caminos de verdad» entre Granada, Almería y el centro peninsular.

Por todo ello, y animado por los nuevos hallazgos, el centro de interpretación de la ciudad ibero-romana abrirá en breve sus puertas, una vez resuelto el problema del suministro eléctrico.

Historia investigadora

Décadas después de que se iniciarán las excavaciones, allá por los setenta, convertir decenas de hectáreas de matorral en un discurso expositivo de la evolución de ciudad ha sido el objetivo marcado en el último proyecto de investigación desarrollado en la zona: 'Forum MMX'.
La hipótesis inicial de este proyecto era la de localizar y redescubrir el foro romano de Cástulo. Una hipótesis que se ha ido rehaciendo, como destaca Castro, ante la ausencia de un foro «con las características propias de una ciudad romana al uso».

Pero sí han encontrado otros grandes espacios de gran importancia en la vida cotidiana de la ciudad. A través de los resultados obtenidos por una exploración geotécnica se detectaron dos grandes espacios 'abiertos', que pudieron determinar las zonas de trabajo. «Gracias a estos estudios se ha conseguido detectar una plaza, que no es un foro de forma específica, con una arquitectura doméstica, pero peculiar a la vez al elevarse sobre una explanada y un podium de 1,20 metros. Por ello se piensa que fue un templo de culto imperial típico del siglo II», apunta el director.

En esta edificación, de unos treinta metros de profundidad y varias dependencias, han aparecido mosaicos muy bien conservados, con figuras geométricas y de animales y plantas, con muros toscos pero revestidos de estuco para dar mayor empaque y pintados, también en buenas condiciones.
Mercado

El otro gran espacio investigado, que en parte ya fue estudiado en los años setenta por Rafael Blázquez, ha permitido documentar una zona porticada con varias tiendas. Un mercado romano que, como señala Castro, realizaba las funciones de foro en las ciudades pequeñas y medianas del Imperio.
Una muestra más de las peculiaridades de la ciudad íbero-romana, explica, ya que a pesar de ser un de los núcleos más importantes durante la época romana, su estructura nunca fue la de un foro al uso, como eje central de toda la ciudad, sino una suma de importantes espacios para el desarrollo de las diferentes áreas de la vida cotidiana.

Así, con estas excavaciones finalizadas y en pleno proceso de documentación, conservación y consolidación, el futuro de Cástulo sigue abierto a la investigación. Un proceso a seis años vista donde no sólo se busca desarrollar nuevas metodologías en arqueología, sino también volcado hacia la ciudadanía, tanto en el trabajo de campo como en la promoción y difusión de los hallazgos