Los judíos medievales de Jaén moraron en torno al entramado de calles del Rostro, Santa Cruz, callejón del Gato y Plaza de los Huérfanos. La calle Maestra debió ser una vía de comercios judíos. El barrio judío, que luego se convertiría en barrio de judío-conversos, se extendía hasta el Arco de San Lorenzo y por Martínez Molina hasta la calle San Andrés y luego seguía por Martínez Molina hasta el Raudal de la Magdalena.
Estuvieron en la ciudad desde el siglo VII, como grupo minoritario, durante casi siete siglos. En el siglo XIV se estima que había unos 1.500 judíos en Jaén. Fueron expulsados por el tribunal de la Inquisición en 1483.
Una figura clave que no puede olvidarse en Jaén y sobre la que resalta su importancia Rafael Cámara, presidente de la Asociación Iuventa, es Ibn Shaprut, un poeta, médico, defensor de las comunidades judías de todo el Mediterráneo, desde Babilonia o Rusia hasta Italia o Francia. Uno de los grandes humanistas del Califato de Córdoba y un referente para todos los judíos del mundo en el siglo X, fue llamado Príncipe de los judíos. Su familia fue una de las más importantes de la España Medieval. Shaprut nació en Jaén en los años 910 o 915 y murió en la ciudad de Córdoba en 975.
La asociación jiennense Iuventa, delegación local de la asociación Tarbut-Sefarad, hace más de diez años que comenzó a reivindicar la recuperación de la judería en Jaén. Los ciudadanos poco a poco reconocen la importancia de la cultura judía en Jaén y el Ayuntamiento hace suya esa reivindicación. Así, Jaén en 2005 consigue ser miembro de la Red de Juderías, a la que pertenecen una veintena de ciudades españolas. Ahora se da un nuevo paso al fijarse Jaén como sede andaluza el Consorcio Sefarad-Israel. Rafael Cámara, presidente de la asociación cultural Iuventa, señala: "De una vez por todas hay una verdadera apuesta por recuperar el barrio judío, tanto desde el ámbito cultural como el turístico". Cámara califica el que Jaén sea sede de este consorcio de revulsivo. "Tendrá unas repercusiones en lo cultural, con actividades de temática específica judía y posibles convenios entre universidades andaluzas e israelíes; en lo turístico, ya que se visibilizará la judería y se investigará en el patrimonio judío; y en lo económico, al potenciarse las relaciones comerciales entre israelitas y jiennenses". De esta forma, Cámara expresa su alegría por cómo el trabajo de concienciación de su asociación, junto con la concien- ciación ciudadana y la voluntad favorable del Ayuntamiento, comienzan a dar sus frutos. Buen ejemplo es el éxito e interés suscitado por el curso que empezó a celebrarse la semana pasada en el Salón Mudéjar del Palacio de la Cultura "Los judíos en España: historia y cultura". La actividad es organizada por el Consorcio Sefarad-Israel. Por su parte, Mercedes Gallardo, responsable de dicho consorcio se muestra muy satisfecha por la acogida del público y por el nivel de las conferencias impartidas por destacados especialistas, entre los que se encuentran los profesores Luis Coronas y Vicente Salvatierra.
Documento que desvela dónde hubo una antigua sinagoga
"Fue aquella iglesia (de Sta. Cruz) en sus principios Sinagoga de los judíos, y su torre estaba fabricada en tal disposición, que dominaba el convento y tocaba su misma fábrica por la parte del refectorio. De esta inmediación resultaban algunos inconvenientes, a que fue preciso aplicar remedio. La abadesa recurrió a la Reyna Viuda de D. Sancho, Doña María de Molina, Regente del Reyno en la minoridad del hijo de D. Fernándo [IV] el Emplazado, y consiguió de la piedad real, que se quitase a los judíos la Sinagoga y se incorporase al convento. Los clérigos de la parrochia de San Andrés, luego que los judíos desampararon la Sinagoga se introdujeron en ella con cruz alta y ciriales, y apropiándosela contra la voluntad de las monjas, lograron afianzarse en esta posesión y la constituyeron ayuda de parroquia con el título de Sta. Cruz...". Salvatierra explica que los judíos fueron despojados de la sinagoga entre 1312 (muerte de Fernando IV) y 1325 (mayoría de edad de Alfonso XI).
Escasa presencia en Linares y llegada de judíos en el siglo XVII
Poca importancia del apellido, al cambiarlo por uno castellano
Claras influencias de la sensual cocina sefardita en la española
"Para casi todas las culturas árabe, judía, cristiana es de suma importancia honrar a los huéspedes y tienen como valor primordial la hospitalidad. También los judíos en ese sentido ofrecían el pan y la sal como símbolo de acogida al huésped", explica el investigador y gastrónomo Bernardo Jurado. Advierte, asimismo, que la cocina hebrea es sensual, aromática y colorista y por influencia árabe predomina el uso de especias. Recuerda también este estudioso, que es presidente de la Asociación de los Castillos, cómo los judíos, al igual que los musulmanes, no toman cerdo ni grasa de cerdo. Destaca la dafina: "Es el plato por excelencia del shabat y tiene una clara similitud con nuestro estofado de carne o cocido". Jurado enumera otras recetas que reflejan la influencia de la cocina sefardí en la española, como la ajada, salsa de ajos, o las almendradas, pasteles de naranja y almendra. Bernardo Jurado y Luis Salas, hace unos años, obtuvieron un premio nacional por la creación de un pastel sefardita.
Respecto al tema de los apellidos judíos, Coronas desvela: "Los apellidos no son importantes, y digo el porqué: los judíos fueron convertidos en 1391 y muchos tomaron apellidos y nombres cristianos. A menudo escogían de los lugares donde vivían; muchos de los que se apellidan Jaén o Baeza pueden ser descendientes de judíos. También fueron muy frecuentes entre ellos los de Rodríguez, Gutiérrez, Núñez, Álvarez o Soria. Tanto el cambio de nombre como el de residencia era para evitar la persecución de la Inquisición, por eso también es difícil localizarlos".
El primer investigador dedicado a estudiar los judíos de Jaén es el catedrático de la Universidad de Jaén Luis Coronas, que desde 1977 hasta 1990 participó en un proyecto colaborador por encargo de la Universidad de Jerusalén para profundizar en la historia de los judíos y la Inquisición en Jaén. Fruto de este arduo trabajo son diversas obras suyas en inglés y en hebreo, como "Conversos and the inquisition of Jaen", 1988, sin publicar en castellano, o "Judíos y judíos conversos en el Reino de Jaén", editada en Andalucía en 2003, además tiene otra obra de bolsillo sobre los judíos publicada en 2008. Coronas, sobre la presencia de los judíos en la provincia, manifiesta que hubo muchos en Jaén, Baeza, Úbeda, Arjona y Andújar, apenas se afincaron en Linares y en Cazorla. Sin embargo, hay datos de descendientes de judíos que llegaron en el siglo XVII y XVIII procedentes de Portugal que residieron en Alcaudete o Alcalá.El profesor e investigador de la Universidad de Jaén Vicente Salvatierra desvela que en la calle Santa Cruz, casi enfrente de la Plaza del Rostro, en el muro exterior del convento de Santa Clara quedan los restos de un lienzo, muy diferente del resto, que suelen considerarse restos de la iglesia de Santa Cruz, que, a su vez, era la antigua sinagoga. Alude Salvatierra cómo sobre la misma el padre Recio Veganzones publicó hace unos años algunos fragmentos de la Historia Franciscana de Salvador Laín Rojas, obra escrita en 1819, en la que se dice: