Las labores investigadoras e interpretativas se funden en el cuarteto Vitriol, formado por músicos profesionales que ahondan en partituras de los siglos XVII y XVIII para redescubrírselas a un auditorio cada vez más interesado por la música antigua. El miércoles ofrecerán un concierto en Jaén.
El fulgor de las fiestas medievales y renacentistas arrastra oportunidades para creadores en diversas disciplinas, que encuentran en las vocaciones de antaño un refugio para sus inquietudes. Artesanos han hallado un canal a través del que encauzar sus obras. Pero también los músicos tienen en estas ferias temáticas la opción de bucear en nuevos y atractivos ambientes.
Al amparo de estas celebraciones y de los festivales de música antigua —que emergen aun en épocas crudas— pueden germinar proyectos como el de Vitriol, un cuarteto dentro del que músicos profesionales —Juan Paulo Gómez Hurtado, profesor en el Conservatorio Superior de Granada; Alejandro Gómez Hurtado, profesor de Trompeta en la Banda Municipal de Jaén; Vicente Alcaide Roldán, catedrático de Trompeta en el Conservatorio Superior de Jaén, y José Luis López-Mingo Ballesteros, profesor de Percusión en la Banda Municipal de Jaén— cultivan la música en todos sus aspectos. Eso sí, se ciñen a partituras escritas en los siglos XVII y XVIII.
“Si no quieres tocar lo de siempre, tienes que investigar”, reconoce Alejandro Gómez Hurtado. Ellos trabajan con las composiciones poco conocidas de autores como Franceschini o Vivaldi. “Quizás el autor más conocido con el que trabajamos sea Purcell”, dice. Sobra afirmar que hace falta, además, un profundo conocimiento instrumental, puesto que no solo las partituras son originales, también los instrumentos son de los siglos en los que se desarrolló el estilo barroco. Emplean dos trompetas naturales, timbales barrocos y un órgano de época, lo que aporta mayor veracidad a su labor de recuperación. Es el principal atractivo para el público, atraído por su peculiaridad estética y sonora. “Toda nuestra música es diferente”, sostiene Gómez, que recuerda que la suya es la única agrupación de música antigua formada por instrumentos de metal, percusión y órgano. Pero no solo es eso: la sonoridad suave de las composiciones de la época y la intimidad a la que aluden tanto el sonido como los escenarios en los que suelen desarrollar sus conciertos los hace especiales para el auditorio. El próximo miércoles, el ambiente lo pondrá el salón mudéjar de la Palacio Municipal de Cultura, donde participarán en la charla-concierto La magia de la música en un espacio mágico: el casco histórico de Jaén, organizado por la asociación Iuventa.
