La artesanía está viva y, como una pieza de barro se cuece en el horno, este oficio continúa en activo para muchos. Por eso el taller que se impartió en el mismo centro de trabajo del maestro Paco Tito se convirtió en una especie de aula para un prestigioso y exclusivo curso intensivo de alfarería.
Si hay algo que distingue a la ciudad renacentista de Úbeda son sus estrechas calles con ventanas que dan a los talleres de artesanía. Pequeños resquicios a través de los que se esconden secretos que maestros transmiten a sus aprendices. Dentro, los talleres pasan a llamarse santuarios con una luz y un olor propios en los que cada ritual da origen a nuevas creaciones. Piezas que tienen un sello único y que cobran el valor de la exclusividad. Aunque suena a una época extraída del medievo, la realidad es que la artesanía crece y se enriquece en el municipio ubetense. Y aquí el nombre de Paco Tito es imprescindible.
Maestro de artesanos alfareros cuyas piezas traspasan a menudo las fronteras españolas y se cotizan entre las mejores del oficio, Francisco Martínez Villacañas "Paco Tito" mantiene su legado de artesanía, con los lazos que extiende a sus hijos y familiares. En este sentido, para preservar sus conocimientos, se impartió el "Taller de Iniciación a la alfarería y a la escultura", dirigido por Juan Pablo Martínez Sánchez "Pablo Tito". Unas prestigiosas dosis teórico-prácticas que recibió un selecto grupo de veinte personas procedentes de puntos tan diversos como Barcelona, Granada, Jaén, Baeza o Cádiz. "Hemos contado con alumnos de diferentes perfiles, unos estudiantes de Bellas Artes, profesores de escuelas especializadas en artesanía o, simplemente, personas interesadas en el trabajo de la cerámica", explica Paco Tito. De esta forma, los participantes pusieron en práctica las diferentes fases de alfarería, como la extracción, limpieza y amasado de la arcilla. También experimentaron la sensación del modelado gracias al torno o los trabajos más puntuales de cada pieza como englobe, decoración o esmaltado. Finalmente, remataron sus creaciones con la cocción por métodos como el horno árabe. Fase que presenció Alcázar Cruz, la directora de la Sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía (Unia).
A pesar de que el curso de treinta horas estuvo enfocado a la iniciación, el propio maestro destaca cómo algunos alumnos que nunca tocaron el barro advierten ciertos dotes. "Este es el oficio más bonito, pero a la vez el más difícil, no obstante hay quienes sin haberlo conocido antes demuestran algunas virtudes innatas", afirma Paco Tito, quien matiza que lo más importante es el interés, el respeto y el valor a lo que se hace.