La vista normal es siempre desde abajo. Contemplar la belleza de la Catedral presidiendo Jaén. Lo anormal, lo que sólo unos pocos han podido ver, es contemplar la ciudad desde la Catedral. Mirando de arriba hacia abajo, desde los balcones junto a las cubiertas del templo... Desde hace cuatro meses, nueve hombres contemplan esa vista cada día. Son ellos los que se están encargando de la largamente esperada restauración de la techumbre. Lo curioso es que no miran con sorpresa las vistas que tienen en frente. Será que ya están acostumbrados. Antes que en la Catedral de Jaén han trabajado en otras, en castillos, en iglesias... Esa es su profesión. No son cualquier tipo de obrero, algunos de ellos son casi artesanos y su trabajo se hace como el de antiguamente. A base de madera y buenas manos.
La primera fase de la intervención se está desarrollando en la cubierta baja. Consiste básicamente en «levantar la cubierta y volverla a colocar», tal y como explica el arquitecto que dirige la obra, Pedro Salmerón. Primero se quitan las tejas antiguas, se levanta la tabla que queda debajo y se revisan las maderas. En las que todavía se pueden aprovechar, se hace una especie de prótesis, es decir, se eliminan los trozos malos y se empalman los buenos. Las vigas que ya no sirven, hay que sustituirlas enteras. «Hemos sustituido muchas», dicen los obreros mientras trabajan.
Hecha la reparación, se vuelve a poner la misma disposición que antes y todo parece quedar como estaba, pero ahora sí, preparado para aguantar otros buenos años.
«Uno de los problemas que causa más trastorno en las salas que hay debajo de estas cubiertas, y que albergan los archivos, son las humedades. Las canaletas son muy estrechas y tiene un acceso muy difícil para su mantenimiento. En la intervención, lo que se está haciendo es convertirlas en más accesibles», explica Salmerón como otra parte importante de los trabajos.
En la parte alta
Aunque aún queda trabajo por hacer en las cubiertas bajas, ya se puede comenzar también a intervenir en la parte alta. Hasta ahora no era posible por el proceso de nidación del cernícalo primilla. «Tenemos un programa con biólogos y todas las empresas que se presentan al concurso saben que tienen que respetar los periodos de nidación de los cernícalos», asegura el arquitecto.
Las obras, que se pueden ver desde la calle Campanas, comenzaron el pasado mes de marzo y tienen un plazo de duración de 14 meses, aunque Pedro Salmerón cree que los trabajos pueden concluir antes. La empresa encargada de las obras es Valladolid Técnicas para la Restauración y Construcciones SA (Trycsa). El dinero que se destinará a esta reparación es de 700.000 euros y corre a cargo del Ministerio de Cultura.