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martes, 18 de junio de 2013

Notici IDEAL:Ultiman los detalles para comenzar las obras en el torreón de San Millán



Esta semana comenzarán las esperadas obras de rehabilitación del tejado del torreón de la iglesia de San Millán que promueve la cofradía de la Soledad de Úbeda y que serán posibles gracias a la colaboración de cientos de ciudadanos que han respaldado la 'operación teja', así como a la aportación en material y mano de obra de muchos hermanos y personas cercanas a la hermandad. Una vez garantizada la financiación, la intención es empezar los trabajos el próximo sábado, 22 de junio, una vez que se ha gestionado todo lo referente al andamiaje necesario que, según se prevé, quedará instalado el viernes 21.

Previamente, el miércoles 19, a las nueve de la noche y en el propio templo, tendrá lugar una reunión de coordinación para organizar las tareas, turnos, condiciones y manos dispuestas a colaborar en estas obras calificadas de «históricas». Pueden asistir todas las personas que quieran aportar su granito de arena, sean o no de la cofradía.

Si todo va según lo previsto, la duración de los trabajos será de tres fines de semana completos, aunque el alquiler del andamio se ha firmado por 30 días, lo que permitirá trabajar un cuarto fin de semana si fuera necesario. Se dispone del permiso de obra correspondiente y de técnico que lleve a cabo la dirección de la ejecución material. Además, se extremarán las medidas de seguridad y se garantizará la situación laboral de los voluntarios que presten ayuda.

Teja a teja
Para rehabilitar la cubierta de la emblemática torre-campanario, ejecutada a finales del siglo XIII, se puso en marcha hace casi un año una original iniciativa apelando a la colaboración ciudadana para restaurar y garantizar la conservación de uno de los templos con más solera de la localidad. Concretamente, a través de la 'operación teja', todo aquel que lo ha deseado ha podido donar una o varias tejas que se han diseñado para la ocasión y cuyo coste ha sido de 20 euros. Con ello se han conseguido las piezas cerámicas de estilo tradicional necesarias para cubrir la torre realizadas en la alfarería de Melchor Tito, y a la vez se ha logrado dinero para la intervención.

A cambio, quienes han colaborado han recibido como recuerdo una teja en miniatura sobre una peana de madera y con una placa conmemorativa, a modo de agradecimiento, y su nombre ha sido grabado en la teja adquirida y donada, que quedará para los años venideros en la cubierta de la iglesia. En total, actualmente hay registradas 428 tejas donadas a título individual o por familias y colectividades. Aunque se espera que la cifra crezca pues la campaña aún sigue abierta. Solo hay que ponerse en contacto con la cofradía o con la propia alfarería.

 Obras necesarias
La iglesia de San Millán necesita esta actuación. El hermano mayor de la cofradía, Francisco López Marín, que además es arquitecto técnico de profesión, explicó y detalló en su día los daños que presenta la cubierta del torreón-campanario de San Millán. En primer lugar, habló de la existencia de manchas producidas por la filtración de agua desde la propia cubierta. «Esta humedad aun no ha provocado el deterioro de vigas interiores, que conforman su estructura, aunque posiblemente sí existan algunas tablas puntualmente dañadas o podridas de las que forman el tablazón», aseguró, añadiendo que «el paso del tiempo y si no se actúa y repara la cubierta se podrían provocar un colapso sobre la base del campanario».

Igualmente, López Marín comentó que la pequeña ventana existente en el tejado del torreón, que sirve de huida y acceso a la cubierta, es «un foco de humedad», por lo que sería necesario eliminarla y realizar la cubierta completa a cuatro aguas, sin este punto conflictivo y con riesgo de dar problemas.

Otro agente que ha influido en el estado de deterioro en el que se encuentra la cubierta es el conjunto de palomas que habitan en el torreón. Estas aves anidan, pisan y revolotean en el tejado y en el interior, provocando el levantamiento y la descolocación de las tejas que forman el material de cubrición del campanario. A todo esto se añade la ausencia de impermeabilización, ya que en la época de su construcción no existían este tipo de soluciones constructivas. La idea es aplicar una capa impermeable que suponga una estanqueidad completa frente a las lluvias.

Para resolver todo esto, lo que en primer lugar se tiene que llevar a cabo es el montaje de un gran andamio que permita acceder a la cubierta del torreón. Es algo complicado. Una vez solucionado esto, el siguiente paso es desmontar la teja en su totalidad. Posteriormente, se limpiará el entablado de madera, procediendo si fuera necesario a su reparación. Y después se aplicará una capa de mortero. A continuación se pondrá una lámina impermeabilizante y finalmente se colocarán las tejas elaboradas por Melchor Tito.

Movilización colectiva
Es mucho el trabajo que hay por delante, pero el esfuerzo de la cofradía y de tanta gente que ha escuchado su llamada hará que el proyecto pueda ser una realidad. Se trata de una solución surgida de la movilización colectiva, que da respuesta a las necesidades del histórico edificio en un momento en el que la Iglesia y las administraciones plantean más reticencias que nunca a la hora de invertir en rehabilitación patrimonial. No es la primera vez que la Soledad interviene en San Millán, pues otras muchas de sus dependencias han sido objeto de mejoras gracias a su interés por mantener la que es 'su casa'.