Antonio Muñoz Molina se crió en el barrio de San Lorenzo pero, desde que su nombre se situó en la élite de la literatura española actual, se prodiga poco por la ciudad que lo vio nacer. Pero cuando regresa a Úbeda no es difícil coincidir con él en lugares como su barrio, la Casa de las Torres o en la zona de los miradores de Sierra Mágina del paseo.
Quizá uno de los rincones que más evoquen a Antonio Muñoz Molina sea la exposición permanente de sus obras, en el Estudio Oyarkandal que regenta el salvadoreño Mauricio Jiménez, amigo del autor. Allí se exhibe una colección completa de los libros que el escritor, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013, le regaló. Allí se pueden ver todos los títulos publicados en diferentes idiomas como inglés, italiano, ruso, hebreo o polaco y que son desconocidas para el común de los mortales en nuestro país.“Me pareció interesante exponer los libros de Antonio de forma permanente y, ahora, con más razón”, manifiesta Mauricio Jiménez, en alusión al flamante premio que el jurado del Príncipe de Asturias de las Letras le acaba de conceder y que lo convierte en el escritor de menos edad (56 años) que lo recibe.Mauricio Jiménez define así a su amigo el escritor: “Es un hombre de una categoría artística y literaria muy amplia, muy observador. Lo conocí a través de su padre y, cuando viene, siempre quiere que nos veamos en el taller, para conversar durante largos ratos. Conocer a un personaje como este me hace temblar, son gente de mucha profundidad interior y brillan en todo, con su sola presencia”.
